Cristales de agua conciente - La conciencia del agua y el agua diamantina

La Conciencia del agua y el Agua Diamantina

¡ Hola, amigos!

Nos agrada nuevamente contactarles para ofrecerles, esta vez, una compilación amorosamente realizada por Santiago Merino ( lavozdelasestrellas@wanadoo.es ) desde la fuente “Discovery Salud”, la cual consta de una serie de ocho artículos dedicados a las propiedades curativas del Agua y las diferentes maneras de tratarla para convertirla en “agua viva”.

Decidimos enviarles esta compilación, pues el tema está totalmente vinculado a lo que hasta ahora se ha divulgado en relación con la conciencia del agua y el Agua Diamantina.

En dichos artículos hay mucha información, así como referencias adecuadas para conseguir bibliografía, visitar sitios web y adquirir preparados que allí se recomiendan (recuerden que estamos apenas divulgando el tema y por tanto cualquier pregunta o duda que surja deberán aclararla con las personas que allí se nombran).

El contenido de lo que se envía es el siguiente:

1- LA ENORME IMPORTANCIA DE LA CALIDAD DEL AGUA EN LA SALUD
Autor: Laura Jimeno Muñoz


2- LAS FANTÁSTICAS PROPIEDADES TERAPÉUTICAS DEL AGUA
Autor: Laura Jimeno Muñoz


3- LA ESTRUCTURA DEL AGUA CAMBIA CON EL SONIDO, LAS EMOCIONES Y LOS PENSAMIENTOS
Autor: Laura Jimeno Muñoz


4- CÓMO OBTENER AGUA VIVA Y ESTRUCTURADA DE FORMA SENCILLA
Autores: José Antonio Campoy y Laura Jimeno Muñoz


5- LA MEMORIA DEL AGUA
Autor: José Antonio Campoy


6- POR QUÉ INGERIR POCA AGUA ES CAUSA DE TANTAS ENFERMEDADES
Autor: José Antonio Campoy


7- EL AGUA DE MAR PURIFICADA CURA DIVERSAS ENFERMEDADES (Plasma de Quinton)
Autor: Laura Jimeno Muñoz


8- LAS SORPRENDENTES CUALIDADES TERAPÉUTICAS DEL AGUA DIALÍTICA
Autor: Sara Muñoz


El material en referencia ocupa aproximadamente unas 50 páginas en tamaño carta y se envía completo, en su totalidad, para favorecer la comprensión y el interés de los lectores (disculpen lo extenso, por favor, pero se les envía así por razones de índole práctica).

Por otro lado, nos disculpamos porque hasta ahora no nos ha sido posible dedicarnos en mantener un contacto más estrecho y reiterado con ustedes. De hecho, varias personas nos han escrito preguntándonos "qué pasa" que ya no estamos enviando información y canalizaciones como antes…

La respuesta es que nos encontramos en una verdadera fase de cierre de ciclo, la cual está demandando nuestra total atención y energía para dar cabal fin a ciertas situaciones y preparar el inicio de una nueva etapa operativa, a partir del próximo año. No pasa nada "malo". No se preocupen. Apenas situaciones de ordinaria administración que suceden cada 9 años en nuestras vidas...

Principalmente, el tema es de mudanza - conseguir una vivienda para vivir y trabajar a la vez - y ello se nos ha hecho algo difícil y nos está consumiendo todas nuestras energías de tiempo libre, por lo que la parte de servicio que generalmente prestamos, se ha visto menguada hasta tanto podamos resolver resolver lo que para nosotros es prioritario.

En virtud de ello, les pedimos paciencia y comprensión por la situación, sobre todo a todas aquellas personas a las cuales en Grupo de Kryon les debe respuesta... ya saben, el tiempo del Espíritu no es el mismo que el nuestro, pues en esa dimensión no hay agenda que cumplir...

Bueno, ¡esperamos que disfruten esta nueva lectura!

Saludos a todos…

Mario Liani


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1- LA ENORME IMPORTANCIA DE LA CALIDAD DEL AGUA EN LA SALUD

Muy pocas personas -médicos y autoridades sanitarias incluidas- son realmente conscientes de la importancia que tiene el agua para la salud. Y, sin embargo, es absolutamente vital. Mucho más de lo que inmensa mayoría de la gente pueda siquiera sospechar. Al punto de que muchas de las actuales enfermedades podrían evitarse simplemente bebiendo agua viva y estructurada en lugar de esa agua muerta, desestructurada y a veces contaminada -incluyendo la que lleva cloro como desinfectante- que hoy tomamos. Un problema que incluye a la mayor parte de las aguas minerales que se comercializan hoy día.

El 75% de nuestro cuerpo al nacer es agua. También lo es el 70% de la Tierra. De hecho, no hay nada más abundante en nuestro planeta. Además, el agua es un constituyente necesario de las células de todos los tejidos animales y vegetales y no puede existir la vida -ni siquiera durante un periodo limitado- en ausencia de agua porque en ella se desarrollan todas las reacciones bioquímicas de los seres vivos. Sencillamente, el agua es el fundamento de la vida porque la vida ha nacido en ella; es, pues, la base de todo lo vivo. Así lo afirmaba ya el filósofo, matemático y astrónomo griego Tales de Mileto -quien vivió hace más de 2.500 años- llegando a considerarla "el principio de todo lo que existe".

Sin embargo, nuestros conocimientos sobre el agua son muy escasos. A nivel popular, apenas sabemos que está compuesta de dos moléculas de hidrógeno y una de oxígeno, y que ha de atravesar una serie de controles y procesos químicos para llegar a nuestro grifo en perfecto estado bacteriológico e higiénico. Y si miramos exclusivamente a través de las gafas de la química puede que eso nos baste para considerar que un agua es saludable. Pero, ¿es eso así? ¿Sabemos realmente lo que bebemos?

La vida en una gota

Todo lo que comemos, respiramos o sentimos influye en nuestra salud global. También lo que bebemos y, más en concreto, la cantidad y calidad del agua que ingerimos ya que este elemento cumple funciones vitales en nuestro organismo. Por ejemplo, el agua es fundamental en la eliminación de los residuos, en la reparación de los tejidos y en las secreciones gástricas además de intervenir en el mantenimiento de una adecuada temperatura corporal, entre otras muchas funciones vitales (vea recuadro). Por tanto, su calidad puede llegar a determinar nuestro buen o mal estado de salud.

De ahí que muchos expertos insistan en la trascendencia de saber lo que bebemos. Y sepa el lector que para muchos de ellos ni la que sale del grifo ni la que compramos en los supermercados y ha pasado numerosos controles y tratamientos de esterilización, desinfección, cloración, filtrado, etc., es un agua de calidad. Afirmación que se justifica por un simple hecho: algunos de esos procesos por los que pasa el agua -hasta 250- tienen "efectos secundarios" para la salud. Por ejemplo, la cloración no parece ser el más saludable de los procedimientos de purificación del agua si se tiene en cuenta que el cloro es venenoso, destruye la vitamina E, altera la flora intestinal y puede irritar el estómago. Pero es que tampoco el filtrado es un tratamiento completamente seguro ya que aunque logra eliminar del agua las sustancias en suspensión más grandes no lo consigue con las sustancias coloidales y las que están disueltas.

En realidad, el agua que hoy bebemos está energéticamente muerta, desestructurada y altamente contaminada. No tiene nada que ver con el agua viva, estructurada y de alto poder energético que podía encontrarse en un manantial o en un pozo... hasta hace un siglo. Porque también ésta se ha contaminado a causa de los residuos químicos de nuestra civilización, especialmente por culpa de los derivados del petróleo. La lluvia ácida ha llegado a todas partes contaminando prácticamente el planeta entero. Hoy es difícil -por no decir imposible- encontrar lago, pozo o río -incluidos los subterráneos- que no esté contaminado en mayor o menor medida. Lo más que podemos hacer actualmente es hablar de aguas potables aunque en realidad hasta esas aguas son hoy causa de numerosas enfermedades. Veámoslo.

Potable sí, pero ¿saludable?

Legalmente se considera potable toda agua que cumple ciertos requisitos mínimos. Así, ha de ser incolora, inodora, insípida y recogerse de un lugar también limpio. Y a fin de que no sea origen de enfermedades debe carecer de venenos orgánicos e inorgánicos, microbios y parásitos. De ahí que para cumplir tal requisito el agua extraída del subsuelo, ríos o lagos sea sometida a 250 procesos químicos, biológicos o mecánicos diferentes atendiendo a los criterios legales y sanitarios de cada país.

Las impurezas admisibles en el agua de consumo están reguladas por el Decreto 1138/1990 de 14 de septiembre por el que se aprueba la Reglamentación Técnico-Sanitaria para el abastecimiento y control de calidad de las aguas potables de consumo público. Y en él se incluye un listado de los diferentes elementos físicos y químicos de las aguas potables y las cantidades admisibles de cada uno de ellos que corresponden a un agua de una "calidad deseable". Entre esos elementos se citan cloruros, sulfatos, calcio, magnesio, sodio, potasio, aluminio, residuo seco y oxígeno disuelto estableciéndose además los niveles idóneos de pH, conductividad y dureza. La reglamentación también enumera los valores máximos de "las sustancias no deseables" que debe contener el agua de consumo y que son, entre otras, nitratos, amonio, hierro, cobre, fósforo, flúor o bario. A ellas se añaden en el Anexo D del citado decreto "las sustancias tóxicas" y la concentración máxima admisible en el agua de consumo (50 microgramos por litro de agua) y que son arsénico, cianuro, cromo y níquel.

Es decir, ¡la propia ley las considera sustancias tóxicas pero admisibles en cierta cantidad! Algo que hace ya dudar a muchos expertos sobre la inocuidad del agua potable que sale de nuestros grifos o que compramos en el supermercado y que, tras pasar por 250 procesos de depuración -incluida la utilización de cloro, un gas venenoso-, poco o nada tiene que ver con el H2O puro. De hecho, cada vez más científicos y médicos denuncian la alarmante baja calidad del agua que se consume en el mundo asegurando que se trata de "agua muerta, desestructurada y, a veces, contaminada por los propios productos y mecanismos que se utilizan para depurarla". No es extraño, pues, que se atribuyan al agua que bebemos el origen de algunas patologías o la razón de que se conviertan en crónicas.

Agua viva, agua muerta

Es necesario entender antes de seguir que todo objeto y sustancia -tanto natural como artificial- tiene su propio patrón vibratorio. Y que las moléculas del agua no son una excepción a este principio. De hecho, el agua absorbe -por resonancia- las frecuencias de cada materia con la que entra en contacto (ver recuadro adjunto). Dicho de otra forma: el agua tiene memoria ya que almacena la "información" de toda sustancia con la que ha estado en contacto -radiaciones, plantas, colores, etc., incluidos, consecuentemente, metales pesados, fosfatos, productos fitosanitarios, abonos, nitratos, etc. Frecuencias que a veces logran romper su estructura natural convirtiéndola en un líquido energéticamente muerto y físicamente desestructurado que además nos transmite las frecuencias desfavorables que han volcado en el agua las sustancias nocivas con las que ha entrado en contacto en su recorrido previo antes de llegar a nuestra mesa.

A este respecto, el científico Peter Gross afirma sin paliativos que nuestras aguas potables -tanto las que salen de las cañerías de casa como las embotelladas para su ingesta- están hoy químicamente limpias pero físicamente muertas. "Actualmente -afirma- el 98% de los hogares occidentales disponen de agua higiénicamente aceptable pero muerta en sentido energético por la presión interna de las cañerías y por los numerosos tratamientos a que es sometida el agua viva, procesos que rompen y desmantelan las ordenadas estructuras que portan la información terapéutica y vital del agua pura".

Una alteración de la estructura molecular que puede provocar numerosas disfunciones orgánicas ya que el agua muerta que solemos beber no cumple bien las importantísimas funciones que desarrolla el agua viva en nuestro cuerpo. De ahí que, como plantea Gross, sea tan urgente preocuparnos por consumir agua viva, ordenada y estructurada con auténtica calidad biológica. "Nuestra salud -sentencia- depende de ello".

En la misma línea se manifiesta el médico de origen iraní F. Batmanghelidj, autor del libro Su cuerpo reclama agua llorando a voces, en el que explica cómo la deshidratación crónica actual de nuestro cuerpo es la causa de muy variadas enfermedades. De todo ello vamos a hablar en los próximos números de Discovery Salud. El asunto es de tanta importancia que vamos a dedicar varios reportajes seguidos a ello.

Laura Jimeno Muñoz


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2- LAS FANTÁSTICAS PROPIEDADES TERAPÉUTICAS DEL AGUA

¿Sabía que el agua es el medicamento por excelencia? Pues aunque mucha gente lo ignora sus posibilidades terapéuticas son inmensas. Y no nos referimos ya al consumo corriente de aguas minerales naturales, a su uso en balneoterapia o a las propiedades del agua de mar, tanto ingerida como en baños terapéuticos. Sus posibilidades curativas van mucho más allá. Porque el agua se puede activar, energetizar, dinamizar, inmunizar, oxigenar, ozonizar, mesmerizar, cromatizar, solarizar, sonorizar, ionizar, imantar, polarizar, magnetizar... Todo un mundo de increíbles posibilidades terapéuticas que apenas se conoce.

"La deshidratación crónica es la raíz de la mayor parte de las enfermedades degenerativas del cuerpo humano y la tragedia más grande de la historia de la Medicina es que los médicos no hayan entendido -y sigan sin entender- la diversidad de señales que emite un cuerpo cuando, simplemente, reclama agua". De esta forma tan contundente se expresa el médico de origen iraní Feydoon Batmanghelidj en su libro de que su cuerpo reclama agua llorando a gritos. Para él, el más importante descubrimiento médico que ha hecho el hombre es haberse dado cuenta de que el agua es la mejor medicina natural para gran número de las llamadas enfermedades. Basta para entenderlo constatar que todas las funciones del organismo dependen del flujo de agua en el cuerpo. Hasta el punto de que lo que para muchos médicos es un "cuerpo enfermo" para Batmanghelidj no es, en muchas ocasiones, sino un "cuerpo sediento" al que se puede devolver la salud dándole simplemente la cantidad de agua adecuada.

La medicina más barata

El agua de buena calidad biológica -ya descrita en nuestro número del mes pasado- es la forma más barata de medicina preventiva que se conoce. Así lo demuestran no sólo los buenos resultados que se obtienen cuando se utiliza como remedio terapéutico sino también la constatación de que su escasez produce -con el tiempo- un buen número de las enfermedades que conocemos. De hecho, según la Organización Mundial de la Salud cada día mueren más de 300.000 personas en todo el mundo a causa de enfermedades hídricas y en los países en vías de desarrollo el 80% de las enfermedades que asolan a la población se deben a la carencia o a la contaminación del agua.

Dicho con rotundidad y claramente: cada vez son más los expertos que aseguran que bastaría con beber una cantidad suficiente de agua al día para evitar la aparición de muchas enfermedades, incluidas las degenerativas. El agua nos mantiene sanos. Eso sí, no confunda agua con líquido. El cuerpo humano necesita un mínimo de 2 litros de agua al día y el alcohol, el té, el café o las bebidas refrescantes son líquidos... pero no agua. Por tanto, se trata de beber al menos dos litros de agua, líquidos aparte.

Ignorancia médica

Batmanghelidj explica que algo en apariencia tan simple como ignorar los múltiples papeles químicos que desempeña el agua en el cuerpo humano y desconocer que la deshidratación puede provocar la pérdida de algunas funciones orgánicas es el error más esencial cometido por muchos colegas. Un error que además ha desviado el foco de atención de la investigación en medicina y ha impedido que los profesionales de la salud aconsejen a sus pacientes medidas preventivas y curas fisiológicas simples incluso para enfermedades graves. De ahí que -junto a un grupo cada vez más numeroso de médicos, científicos e investigadores- postule una nueva "verdad científica", un paradigma simple pero real y poco entendido: que el agua es imprescindible para regular todas las funciones del cuerpo y, por tanto, para que funcione correctamente es fundamental que llegue siempre en cantidad suficiente y en el momento necesario a todo el organismo, especialmente a los órganos vitales (cerebro, corazón, pulmones, hígado, páncreas y riñones).

Por eso, cuando no es así, el cuerpo pone en marcha una serie de sofisticados indicadores para "hacernos saber" que la necesitamos. Uno de ellos es provocar la sensación de sed; lo que sucede es que muchas veces no reconocemos esa petición y otras no la atendemos o la saciamos con una bebida refrescante. De hecho, el último indicador, el más evidente y el único que solemos "reconocer" es la boca seca. Esta señal es el último signo externo de una deshidratación extrema sólo que no siempre es útil porque se ha comprobado que el cuerpo puede sufrir deshidratación aun cuando la boca esté húmeda.

Por tanto, ya que a veces nos es difícil entender los mensajes de nuestro cuerpo cuando nos pide agua (no café, ni té, ni ninguna bebida gaseosa) lo suyo es prestar atención consciente a la cantidad que ingerimos. A fin de cuentas, la deshidratación prolongada por no atender las señales que emite el cuerpo puede causar graves daños. Y lo malo es que esa falta de agua es tratada por la mayoría de los médicos atendiendo a los síntomas que provoca con lo que, en función de los mismos, etiquetan al paciente como enfermo de una patología u otra y le tratan con los fármacos recomendados en tales casos. Es decir, existe una ignorancia médica básica que confunde muy a menudo una simple deshidratación con varias patologías. Error de base que es la principal causa del alto costo actual del sistema sanitario así como de la cronicidad de muchas dolencias que podrían curarse de forma sencilla y rápida con agua.

"Los médicos -denuncia Batmanghelidj- han aprendido a acallar las diferentes señales de la escasez de agua en el cuerpo con productos químicos, algo muy perjudicial para las células del cuerpo. Por ejemplo, el agua es el mejor diurético natural pero mis colegas siguen recetando diuréticos. Están pues tratando de forma negligente a sus pacientes porque los medicamentos pueden dañar los riñones y, en último extremo, el corazón. Recomendando agua en dosis controladas y suficientes conseguirían lo mismo de forma más barata y sin efectos secundarios".

Batmanghelidj asegura, en suma, que buena parte de las enfermedades hoy diagnosticadas no son en realidad tales sino síntomas de un cuerpo deshidratado que, sencillamente, "tiene sed y pide agua".

Agua y sólo agua

Asimismo remarca que la creencia de que el té, el café, el alcohol o las bebidas refrescantes son sustitutivos válidos del agua constituye un error elemental que puede tener graves consecuencias. Porque es verdad que tales bebidas contienen agua pero también lo es que suelen llevar agentes deshidratantes que no sólo la eliminan una vez ingerida sino que además acaban con el agua de las reservas del cuerpo por su fuerte acción diurética.

Es más, el uso constante de estas bebidas -que en la mayoría de los casos contienen sustancias excitantes- priva al cuerpo de su plena capacidad para formar energía hidroeléctrica. Por ejemplo, el exceso de cafeína puede disminuir la capacidad de atención y contribuir a la aparición del síndrome de fatiga crónica así como a un cansancio adicional del músculo del corazón por la excesiva estimulación que provoca. Asimismo, los estimulantes naturales del café -y otro tanto ocurre con el té- sobreexcitan el sistema nervioso central.

Por tanto, es importante prestar tanta atención a la cantidad y calidad de lo que se come como a la cantidad y calidad de lo que se bebe. A este respecto, el doctor Batmanghelidj afirma que igual que tenemos "dolor de hambre" tenemos también "dolor de sed"; y en este caso el agua es la única sustancia efectiva para aportar alivio. En esas situaciones lo que quiere el cuerpo, lo que necesita, lo que pide, es agua y sólo agua.

Aguas terapéuticas

La importancia del agua para la vida la conoce el hombre desde sus primeros pasos como especie. Por eso siempre se ha preocupado de tenerla a su alcance. Y también desde tiempos inmemoriales entendió que podían tratarse con agua multitud de dolencias. Es más, nuestros antepasados sabían incluso algo que sólo recientemente ha constatado la ciencia: que el agua es capaz de almacenar cualquier información que la impregne por sutil que ésta sea. Una sorprendente capacidad que ha llevado a científicos como Peter Gross a hablar de la "memoria del agua" (vea el recuadro adjunto).

Pues bien, precisamente esta facultad del agua para almacenar información es la que ha permitido al hombre intervenir en su estructura molecular con todo tipo de energías (sonora, luminosa, eléctrica, etc.) y obtener "aguas tratadas" que utilizar como remedio terapéutico o coadyuvante de eficacia contrastada en el tratamiento de diversas dolencias.

Las posibilidades terapéuticas posibles con agua son numerosas. Felicísimo Ramos, catedrático y doctor en Ciencias Químicas y Ciencias Físicas, recoge algunas en su libro El agua magnetizada (Mandala, 1994). A ellas añadimos otras posibilidades que completan un panorama realmente sorprendente. Porque hoy sabemos que el agua se puede:

-Activar:
Se llama así a la obtenida por Piccardi al poner el agua ordinaria en contacto con una ampolla de vidrio que contiene mercurio y gas neón a presión reducida. El agua así tratada sirve para desincrustar los depósitos calcáreos.

-Cromatizar:
Se consigue irradiando el agua con luz a distintas frecuencias y colores.

-Dializar:
Se obtiene exponiendo el agua a una energía débil que logra aumentar en sus moléculas la distancia de los átomos de hidrógeno respecto de los del hidrógeno y disminuye el ángulo de colocación espacial de los mimos. Esa fuerza es ejercida por los pequeños campos electrostáticos que generan un grupo de cristales de cloruro de sodio y cloruro de litio. Tales cristales -debidamente tratados- son introducidos en unas ampollas de vidrio que a su vez se sumergen durante unas horas en el recipiente donde está el agua -por ejemplo, un vaso- dando lugar así por resonancia al agua dialítica. Se trata pues de un "agua con átomos descolocados" capaz de disgregar y "alisar" cálculos (renales, biliares, etc.) merced a lo cual se puede lograr la expulsión de las piedras sin apenas dolor. Asimismo, aumenta la solubilidad de las sales minerales que circulan por la sangre y la orina -especialmente las cálcicas- evitando que precipiten y constituyan nuevos cálculos o incrementen el grosor de los existentes (el lector puede ampliar la información sobre el agua dialítica leyendo el reportaje que publicamos sobre ella en el nº 44).

-Dinamizar:
El agua dinamizada -que tiene propiedades terapéuticas- se obtiene según el método que creó Marcel Violet mediante un condensador cuya tensión se armoniza con la energía del paciente. Se conoce igualmente con este nombre al proceso que consiste en agitar enérgicamente los preparados homeopáticos una vez diluidos a fin de potenciar sus propiedades curativas.

-Energetizar o pranizar:
Se llama agua energetizada o pranizada a la que resulta tras verterla 8 veces seguidas de un recipiente a otro desde una altura de medio metro.

-Indumizar:
Se trata de un proceso creado por Ludwig en 1984 en virtud del cual se somete el agua a la acción de los plasmones de los elementos-traza esenciales contenidos en el hierro y proyectados por la corriente eléctrica de un electroimán.

-Irradiar cósmicamente:
Es el agua que se obtiene por su exposición a las energías cósmicas durante la noche. Basta colocar un vaso de agua corriente de noche al sereno tras haberle añadido una pizca de bicarbonato y dejar que se cargue de la radiación cósmica natural. Con este método se obtiene un agua terapéutica con la que se consiguen notables mejorías en numerosos enfermos, especialmente aquellos con afecciones renales y dermatológicas.

-Magnetizar:
Es el resultado de someter el agua a la acción de un campo magnético de imanes permanentes que cambie sus propiedades físicas. Según sean las condiciones de magnetización puede obtenerse agua imantada, agua ionizada, agua polarizada o agua magnética. Esta última es la de mayor capacidad curativa; de hecho, se han obteniendo excelentes resultados en el tratamiento de numerosas patologías.

-Mesmerizar:
Se llamada agua mesmerizada a la que se carga con energía vital al hacer sobre ella una imposición de manos, atendiendo a los postulados de Messmer sobre el magnetismo animal.

-Oxigenar:
El agua oxigenada contiene dos átomos de hidrógeno y otros dos de oxígeno (en lugar de una como el agua corriente) y se utiliza básicamente como antiséptico general. En medicina se aplica principalmente para la limpieza y desinfección de heridas cutáneas. También con esta agua se esterilizan objetos, se eliminan manchas, se modifican almidones, colas y proteínas y se controla la producción de moho y población bacteriana en los alimentos.

-Ozonizar:
El ozono es un gas que se genera a partir del oxígeno cuando se le aplica una descarga de alto voltaje. Merced a ella, parte del oxígeno (O2) se transforma en ozono (O3). Después ese gas -el ozono- se disuelve en agua obteniéndose así un agua ozonizada que adquiere diversas propiedades terapéuticas dependiendo de la proporción de ozono. Hoy día el ozono se utiliza en medicina para el tratamiento de:

-Todo tipo de infecciones virales, bacterianas o micóticas, tanto agudas como crónicas. El agua ozonizada se usa corrientemente ya, por ejemplo, en infecciones dentales. Asimismo, el ozono se utiliza para purificar el agua -eliminando el color, olor y sabor desagradables si los tiene- y desinfectarla de bacterias patógenas, virus y otros microorganismos no sensibles a la acción del cloro.

-Todas las enfermedades que cursan con hipoxia, es decir, con falta de oxígeno en los tejidos: el Alzheimer, la esclerosis múltiple, las enfermedades cardiovasculares, la arteriosclerosis y sus complicaciones, la gangrena, las úlceras y las venas varicosas.

-Otras enfermedades como hernias discales, artritis, diabetes, cáncer, sida, Parkinson, alergias, asma, abscesos, acné, fístula anal, cirrosis hepática, herpes, tromboflebitis, etc.

-Solarizar:
El agua solarizada es simplemente agua que se deja durante varias horas expuesta a la radiación solar.

-Sonorizar:
Se llama sonorizar a la exposición o estimulación del agua con sonidos (por ejemplo, con música).

Las aguas magnetizadas

Aunque hemos hablado ya brevemente de la posibilidad de magnetizar el agua debemos ampliar la información ofrecida para aclarar al lector las diferencias entre agua imantada, agua ionizada, agua polarizada y agua magnética propiamente dicha. Y lo hacemos basándonos en la obra del ya mencionado Felicísimo Ramos, especialista español de reconocido prestigio.

-Se llama agua imantada a aquella que es sometida a la influencia del campo magnético de un imán durante cierto tiempo. Por ejemplo, colocando simplemente un imán grande debajo de una vaso con agua. El agua así imantada tiene propiedades desincrustantes y atenúa el sabor a cloro del agua tratada con él. Asimismo, previene y ayuda a disolver pequeños cálculos renales y biliares además de fortalecer el sistema inmune.

-Se denomina agua ionizada a aquella cuya conductividad aumenta tras ser sometida a la acción de campos eléctricos o magnéticos débiles que actúan sobre las sales de electrolitos disueltas en la misma. Además de las propiedades del agua imantada, la ionizada estabiliza el potencial de la bomba sodio-potasio, previene la tensión alta, reduce la viscosidad de la sangre, la fluidifica y ayuda a "desatascar" los vasos sanguíneos.

-El agua polarizada es aquella en la que el campo magnético tiene la potencia suficiente como para provocar un giro en las moléculas dipolares del agua. Además de las propiedades terapéuticas de las otras aguas magnetizadas, la polarizada favorece el crecimiento de las células vivas, incrementa el número de los hematíes fortaleciéndolos y mejora el apetito y el dinamismo del metabolismo humano; todo ello sin provocar reacciones negativas en el organismo.

-Finalmente, el agua magnética es la que resulta de ser sometida a la acción de un campo magnético intenso en determinadas condiciones adquiriendo merced a ello unas propiedades físicas específicas diferentes. Además de tener las propiedades terapéuticas de los otros tres tipos de aguas magnetizadas, la magnética normaliza los índices de colesterol y urea en la sangre, es efectiva en el tratamiento de las diabetes, permeabiliza las membranas celulares, es eficaz cuando se sufre de náuseas, flatulencia, hinchazón de vientre y estreñimiento, mejora los problemas de celulitis y obesidad, aumenta el peritaltismo intestinal, acelera el proceso digestivo, protege contra las úlceras del estrés, suaviza la piel y aumenta el brillo del pelo. Asimismo, protege del deterioro de las células de la pared interior de las arterias troncales -y, por tanto, previene la arteriosclerosis-, protege la piel de las radiaciones y previene la dermatitis y el acné. Tiene igualmente un acentuado efecto diurético (el lector puede conocer con mayor detalle las propiedades del agua magnética leyendo el recuadro adjunto).

El agua de mar

Cabe añadir que antes que Batmanghelidj, Ramos o Gross hubo muchas otras personas que hablaron de la trascendencia del agua para la vida. Es el caso del francés René Quinton (ver el reportaje publicado en el nº 30 de la revista), quien a finales del siglo XIX lo fundamentaba en el hecho de que todo lo que está vivo en el planeta -desde la savia de las plantas a los torrentes sanguíneos de todas las especies- procede y está constituido de ella. Y más concretamente, del agua de mar. Por eso estudiarla a fondo se convirtió en su obsesión. Y por eso llegó a demostrar que podían curarse numerosas enfermedades con agua de mar. Bañándose en ella, ingiriéndola en pequeñas dosis e, incluso, sustituyendo el plasma sanguíneo humano por agua marina debidamente tratada.

Hoy el agua de mar purificada extraída de grandes profundidades -bautizada como Plasma de Quinton en honor suyo por el descubrimiento- ayuda a curar o mejorar los síntomas de patologías tan dispares como las afecciones de la piel -incluida la psoriasis-, la desnutrición, el asma, los problemas de próstata, la artritis, la osteoporosis, la bronquitis, la gingivitis, los problemas gastrointestinales, el desequilibrio de los sistemas nervioso central e inmune, la obesidad, el cansancio crónico, la sinusitis, la anorexia y el estrés, entre otras dolencias. En España sólo está autorizado hoy su uso como complemento dietético a pesar de que durante décadas se han constatado sus propiedades terapéuticas. Hasta en casos de cáncer y sida.

"El oro azul"

Llegados a este punto no puede extrañarnos que muchos consideren al agua como "el oro azul" o que 2.500 años antes de Cristo Tales de Mileto la definiera como "el principio de todo lo que existe". Es más, el ganador del Premio Nobel de Medicina en 1912, el doctor Alexis Carrol, relaciona agua e inmortalidad cuando dice: "La célula es inmortal. Es realmente el fluido en el que flota, básicamente agua, lo que degenera. Renovando este fluido a intervalos proporcionaríamos a las células lo que necesitan para su alimentación y, hasta donde nosotros conocemos, el pulso de la vida continuaría para siempre".

Tras leer tan sugerente reflexión no estaría de más empezar a plantearse sustituir alguna taza de café, té o el recurrente refresco de cola que tomamos cotidianamente por un sencillo pero fantástico vaso de agua. Sobre todo ahora que con la cercanía del rigor estival el organismo nos la reclamará más a menudo. Haga caso a su cuerpo y beba agua de calidad. Usted lo notará.

Laura Jimeno Muñoz


¿Cuándo beber agua?
Según los expertos, los mejores momentos para beber agua son tres: nada más levantarse de la cama por las mañanas (uno o dos vasos de agua de 200 ml.), media hora antes de la comida y de la cena (un vaso) y dos horas y media después de las mismas (otro vaso de 200 ml). Asimismo, se recomienda tomar entre dos y tres vasos más a lo largo del día. Tal es la cantidad mínima que necesita el organismo cada día. Recuerde que la deshidratación es el principal factor estresante de toda materia viva.

¿Cómo saber si está deshidratado?
Así ocurre siempre que la boca se le seque. Fíjese además en el color de su orina; normalmente, ha de ser incolora o ligeramente amarilla. Si empieza a volverse oscura su cuerpo se está deshidratando. El color oscuro significa que los riñones están trabajando con muy poca agua y la orina está saturada de desechos.

Eficacia terapéutica del agua magnética
El doctor Felicísimo Ramos afirma en su obra “El agua magnetizada” (Ed. Mandala) que el agua magnética es eficaz en el tratamiento de abscesos, acidez, acné, afta, alergias, amenorrea, anorexia, artritis, asma, bocio, bronquitis, calambres, cálculo biliar, cálculo renal, cáncer, caspa, cataratas, catarro, ciática, cólicos, colitis, conjuntivitis, convulsiones, debilidad muscular, diabetes, diarrea, dificultades urinarias, dificultades de corazón, disentería, dismenorrea, dispepsia, disuria, diviesos, dolor (de cabeza, espalda, muelas, rodillas, etc.), eczemas, encías, enuresis, escaldaduras, espondilitis, espondilosis, estreñimiento, fiebre, fístula, fisura, flatulencia, fracturas, golpes, gonorrea, gota, hemorroides, hepatitis, heridas, hernia, herpes, hidrocele, hipertensión, inflamaciones, insomnio, ictericia, leucoderma, leucorrea, lumbago, malaria, migraña, nefritis, nerviosismo, neumonía, neuralgia, neuritis, obesidad, palpitaciones, paperas, parálisis, pérdida de memoria, picaduras, piorrea, polio, pólipos, presión arterial alta, problemas de vista, prostatitis, psoriasis, quemaduras, raquitismo, reumatismo, rubeola, sarampión, sífilis, sinusitis, tifus, tiña, torceduras, tracoma, trastornos biliares, tuberculosis, tumores de mama, tumores de útero, úlcera, urticaria, varicela, vegetaciones, vértigo, vómitos, etcétera. Además, mejora la circulación, rebaja el índice de colesterol y potencia el sistema inmune. Casi nada...

La "memoria del agua"
Cuando bebemos agua de un manantial o de un pozo ingerimos agua pura, viva, que en ese estado natural presenta una estructura estable y ordenada compuesta por dos moléculas de hidrógeno y una de oxígeno. Pero además de esa estructura molecular tan simple, cada vez más científicos afirman que el agua pura posee una especie de archivo de datos, una memoria que le permite almacenar las informaciones y energías -obtenidas en forma de vibraciones moleculares- que ha absorbido de las sustancias con las que ha estado en contacto. Según estos expertos -entre ellos Peter Gross-, el agua posee una especie de memoria que le permite almacenar informaciones, tanto nocivas como terapéuticas, y transmitirlas a otros organismos biológicos -incluidos los seres humanos- en forma de frecuencias electromagnéticas. (Ver www.agua-viva.info )

El agua y el dolor crónico
Los dolores crónicos del cuerpo que no se deban a una lesión o a una infección deben ser interpretados como señales de una reducción crónica de agua en la zona donde se localiza el mal. Así lo afirma al menos el doctor Batmanghelidj según el cual esos dolores crónicos incluyen el dolor dispépsico (gastritis, duodenitis, úlcera péptica...), el artrítico reumatoide, el de angina, el lumbar, el de las piernas al andar, la migraña y los dolores de cabeza, la resaca y la colitis. Y agrega que estas dolencias pueden tratarse con la simple ingesta diaria de al menos dos litros y medio de agua.

El agua magnética
Como el lector probablemente ya sabe el agua realiza en el organismo -entre otras- dos misiones fundamentales: transporta los elementos nutritivos y drena los desechos orgánicos; para lo cual necesita disolver las sustancias y luego arrastrarlas. Pues bien, cada una de esas misiones se mejora -según el doctor Felicísimo Ramos- si el agua es magnética ya que ésta es diurética, ligera, asimilable, mineralizada y no tiene el inconveniente de formar microcristales nefastos para el organismo; además, por su acción los conductos excretores se dilatan ampliamente y dejan pasar los desechos movilizados. Es decir, el agua magnética drena el organismo y regula todos los sistemas del cuerpo: circulatorio, nervioso, locomotor, digestivo, respiratorio, excretor, reproductor y endocrino. Asimismo, favorece las funciones vitales en varios aspectos importantes:

-Colabora eficazmente en el proceso digestivo evitando los trastornos causados por el insuficiente poder solvente del agua común. Al disolver mejor el agua magnética las sales de los alimentos se asimilan mejor los nutrientes y se evitan el estreñimiento y la diarrea.

-Contribuye a expulsar eficazmente los gases que provocan la hinchazón del abdomen.

-Penetra más profundamente en la piel y tarda más en secarse con lo que la piel queda húmeda y suave más tiempo. Y al limpiar los poros en profundidad hace que cualquier crema que empleemos sea mejor absorbida potenciando su acción protectora.

-Aumenta la solubilidad de las sales. Por eso suministrándola regularmente a quienes tienen cálculos en el riñón y en la vesícula consigue -en un gran porcentaje- eliminar cálculos renales y biliares y se reduce la posibilidad de producir más.

-Los diabéticos que consumen agua magnética consiguen que se eleven notablemente las funciones pancreáticas con la posibilidad de disminuir la medicación.

-Regula la circulación sanguínea al disminuir la viscosidad de la sangre.

-Elimina la fatiga y ayuda a conservar el buen estado de salud.

-Puede usarse para la sequedad y el dolor de ojos, los eczemas y para la limpieza de la boca en los casos de halitosis y de úlceras en las mucosas.

-Tiene acción bactericida que se pone de manifiesto en la cicatrización de pequeñas heridas y arañazos cutáneos. Hasta aquí algunas de las propiedades descritas por el Dr. Ramos. Sólo que además de los enunciados, el médico francés Louis Donnet destaca otros efectos terapéuticos. Según asevera, el agua magnética:

-Regula de forma progresiva y duradera la presión arterial, actúa sobre el tono y la elasticidad de los pulmones y el estómago y tiene un efecto beneficioso sobre las variaciones en el sistema hormonal.

-Logra que los índices de colesterol y de urea vuelvan con frecuencia a sus valores normales.

-Ayuda a hacer desaparecer la celulitis, fluidifica la sangre, mejora la circulación y conserva la elasticidad de los vasos sanguíneos. Así, previene la trombosis y la tensión sanguínea elevada.

-Aumenta los movimientos peristálticos del intestino por el efecto que el agua magnética produce sobre la bilis. Los efectos terapéuticos son notables en problemas digestivos como náuseas, vómitos, hinchazón de vientre, flatulencia, estreñimiento, etc.

-Vuelve blanda e indolora la región vesicular. En las heces se detecta la evacuación de pequeños cálculos biliares y en 2 o 3 meses desaparecen en su mayor parte los cálculos úricos.

-Mejora la piel haciéndola más suave. Ablanda y elimina las durezas y mejora las dermatosis. Las uñas y cabellos mejoran de aspecto y de brillo.

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3- LA ESTRUCTURA DEL AGUA CAMBIA CON EL SONIDO, LAS EMOCIONES Y LOS PENSAMIENTOS

Ya hemos explicado a nuestros lectores la enorme importancia que tiene el agua en la salud y cómo se puede activar, cromatizar, energetizar, dinamizar, magnetizar, ionizar, polarizar, oxigenar, ozonizar, solarizar, sonorizar, etc. Pues bien, en esta ocasión les hablamos de las investigaciones del doctor Masaru Emoto cuyas conclusiones están avaladas por microfotografías electrónicas que demuestran que una simple frase, emoción o pensamiento puede cambiar la estructura del agua. Un revolucionario descubrimiento con interesantes aplicaciones terapéuticas.

Sabíamos que el agua es fundamental para la existencia de la vida en la Tierra, que de ella depende nuestra salud y que, tratada de diferentes modos, puede curarnos de múltiples dolencias. También se nos había explicado que el agua tiene una especie de "memoria" donde almacena la información que le reportan los campos magnéticos generados por las sustancias -plantas, flores, etc.- con las que entra en contacto. Pues bien, gracias a Masaru Emoto hemos dado ahora un paso más en el conocimiento del elemento que compone el 70% de nuestro cuerpo y de nuestro planeta. Y es que este investigador japonés afirma que ¡la voz, los pensamientos y las emociones humanas pueden alterar su estructura molecular! Y para demostrarlo aporta más de 10.000 fotografías efectuadas a lo largo de numerosos años de investigación, algunas de las cuales pueden contemplarse en los dos volúmenes de su libro “Mensajes del agua”.

Los mensajes del agua

Todo comenzó cuando en 1994 Emoto tomó unas muestras de agua de una fuente de agua pura situada en su país, congeló unas pocas gotas, las examinó bajo un microscopio electrónico de campo oscuro y las fotografió. Una vez reveladas las fotografías mostraron un hermoso hexágono cristalino parecido a un copo de nieve. Emoto tomaría entonces agua de un río contaminado, la congeló, fotografió unas gotas y comprobó que la imagen que aparecía en ellas era la de un turbio patrón sin forma reconocible, algo completamente desestructurado.

A aquellos experimentos iniciales seguirían tantos que Emoto afirma poseer hoy más de 10.000 imágenes de diferentes muestras de agua. Y gracias a sus fotografías -que para él y otros muchos científicos suponen la evidencia física del poder de nuestros pensamientos- y su experiencia como experto en el estudio del agua Emoto llega a afirmar que "el agua no sólo almacena información sino también sentimientos y conciencia, reaccionando a cualquier mensaje". Y agrega: "Toda la información que alberga la estructura se hace visible cuando se fotografía una gota de agua en estado de congelación".

En suma, para Masaru Emoto sus fotografías demuestran que los pensamientos, la voz y las emociones humanas pueden alterar la estructura molecular del agua. Y huelga decir que si las afirmaciones de este investigador japonés son ciertas el descubrimiento es trascendente ya que, como hemos comentado, tanto el 70% de nuestro cuerpo como el del planeta que habitamos es agua.

Cristales de "agua consciente"

Las miles de fotografías tomadas por Emoto en estos años pueden considerarse además un testimonio visualmente apreciable de las diferencias existentes entre "agua viva" y "agua muerta" o desestructurada. Así, cuando el agua está viva o se la expone a estímulos positivos muestra su estructura interna en forma de hermosos hexágonos con una variedad de presentación ilimitada. En cambio, cuando el agua está contaminada por sustancias nocivas o es expuesta a estímulos negativos su orden interno se perturba y su estructura cristalina se pierde. Lo que queda es una imagen distorsionada, deforme y sin fuerza luminosa. En el libro se pueden ver las fotografías que ilustran diferentes supuestos. Así, podemos ver que...

-...el agua tomada en fuentes y arroyos de montaña forma bellas estructuras cristalinas en contraste con los cristales deformados que conforman las muestras de agua polucionada o estancada.

-...las moléculas de agua expuestas a música clásica adoptan formas delicadas y simétricas muy similares a las que adoptan ante el sonido de la palabra gracias, al menos tanto en japonés como en inglés.

-...cuando las muestras de agua fueron sonorizadas con música heavy metal o expuestas a palabras negativas (¡Eres tonto!) o cuando se enfocaron sobre ellas intencionadamente pensamientos o emociones negativos (grabaciones de los discursos de Adolf Hitler), el agua no sólo no formó cristales sino que en su lugar se crearon estructuras caóticas y fragmentadas. Es más, cuando se expuso el agua a la canción Heartbreak Hotel -Hotel de la tristeza- de Elvis Presley los cristales helados se partieron en dos.

-...cuando el agua fue tratada con aceites florales aromáticos los cristales tendieron a imitar la forma de la flor original. Lo que parecería demostrar que el agua ha captado la información de la flor. Y otro tanto ocurre con las plantas medicinales. Un hecho que fundamenta mayormente la Homeopatía o la terapia con Flores de Bach.

Aplicaciones terapéuticas

Entienda el lector que estos descubrimientos de Emoto no se quedan en una anécdota más o menos sorprendente o divertida. Antes bien, sus hallazgos -como él mismo asevera- "pueden hacer factible el descubrimiento temprano de enfermedades, incluso con anterioridad a que se manifiesten de manera física; o a que, ya en su estado avanzado, se hagan visibles en un análisis de sangre".

Emoto llega considerar al agua como un ser "viviente", independientemente de si se encuentra en estado libre en la naturaleza o contenida en un organismo vivo. "Creo -afirma Emoto- que se pueden activar dentro del cuerpo humano procesos de autodepuración del agua celular de la misma forma que es posible hacerlo con el agua que está libre en la naturaleza. En ese sentido, he comprobado -tengo fotos que lo demuestran- que la más poderosa combinación de pensamientos en términos de capacidad de transformación y de sanación son 'amor' y 'gratitud'. Estas palabras y las emociones positivas que generan convierten cada una de las moléculas de agua que nos componen en una estructura hermosa y equilibrada. Por eso estoy convencido de que nuestras oraciones, meditaciones y afirmaciones ayudan a sanar."

Propiedades curativas

En definitiva, lo descubierto por Emoto explica muchas cosas en el ámbito de la salud. Y abre muchas interrogantes nuevas. Por ejemplo, podría explicar que una persona enferme si es constantemente bombardeada con pensamientos y palabras negativas. Porque decirle a menudo a alguien -especialmente si es un niño- que es tonto, inútil o feo -entre otras críticas negativas-, ¿puede llevarle a desestructurarse físicamente? No ya que somatice lo que se le dice sino que tales expresiones puedan incidir directamente en su estructura molecular acuosa... ya que a fin de cuentas somos un 70% de agua. ¿Es posible? ¿Qué mecanismos contrarrestan eso en un ser vivo? Y, en sentido contrario, ¿puede la oración -y, por tanto, las palabras, sentimientos y pensamientos de quienes rezan- incidir en las moléculas de agua del enfermo, previsiblemente desestructuradas, y reestructurarlas?

Aún más, ¿puede -quizás por el fenómeno de resonancia- reestructurarse armónicamente el agua celular de una persona si ingiere agua viva, estructurada y armónica? Las investigaciones de Emoto así lo sugieren.

Desde luego, las posibilidades terapéuticas del agua empiezan a antojársenos, a la luz de lo que empezamos a saber, casi impensables.

Imágenes y palabras

Dicen que una imagen vale más que mil palabras. Y quizás su valor resida en que en ocasiones una imagen se convierte en la más simple y convincente de las pruebas. En todo caso, si duda aún de que sus pensamientos, palabras y emociones pueden realmente modelar su salud e incidir en la de quienes le rodean eche un vistazo a las fotografías que publicamos de Emoto.

Laura Jimeno Muñoz


¿Quién es Masaru Emoto?
Masaru Emoto nació en Yokohama (Japón) y aunque en principio estudió Arte y Comunicación Internacional se interesó pronto por el estudio del agua. Hoy tiene 60 años, edita sus propias páginas informativas sobre el agua y es un experto mundialmente reconocido en el campo de la investigación sobre ella. En Japón ya ha editado 12 libros sobre el tema, el último de los cuales lleva por título “Mensajes del agua” e incluye cientos de fotografías de moléculas de agua congelada.

Recientemente ha fundado en Suiza el Welt Institute for Subtile Energien (Instituto Mundial para las Energías Sutiles) al que pertenecen numerosos médicos y científicos de prestigio internacional. Entre sus próximos proyectos está crear institutos de investigación sobre el agua en Holanda y en la localidad suiza de Thun.


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4- CÓMO OBTENER AGUA VIVA Y ESTRUCTURADA DE FORMA SENCILLA

El agua es un elemento tan extraordinario que a pesar de que se la contamine y someta a diferentes tratamientos conserva al menos un 4% de la estructura residual de su fase cristalina. Y ese resto, aunque mínimo, permite reactivar la vida que hay en ella. Al menos eso es lo que asegura el investigador alemán Peter Gross, creador de un aparato de uso doméstico con el que -afirma- se puede convertir el agua corriente desestructurada y desenergetizada en agua viva, estructurada, de gran valor biológico y notables cualidades terapéuticas. Gross tuvo la deferencia de venir hasta nuestra redacción para explicárnoslo en detalle. Este es el resumen de la conversación que durante varias horas mantuvimos con él.

La publicación en los tres anteriores números de la revista (50, 51 y 52) de sendos reportajes sobre las cualidades y propiedades terapéuticas del agua llevaron a muchos lectores a ponerse en contacto con nosotros para saber cómo podían obtener agua viva con propiedades terapéuticas. Y si bien la información del último número es suficientemente explícita al respecto porque el investigador japonés Masaru Emoto ha demostrado científicamente -no hay más que ver sus miles de espectaculares microfotografías- cómo actuar sobre el agua de numerosas maneras no es menos cierto que existe un singular y novedoso sistema que permite sin intervención nuestra tener en casa agua magnética tanto para el consumo diario como para el aseo personal.

Un avance importante -tal vez trascendente- porque las propiedades terapéuticas del agua magnética son muy notables como ya explicamos en el segundo reportaje mencionado recogiendo la información que sobre ella publicaron en su día tanto el doctor en Física y Química Felicísimo Ramos -ver su obra “El agua magnetizada” (Ed.Mandala)- como el médico francés Louis Donet. Dada su importancia publicamos de nuevo en un recuadro en qué dolencias o enfermedades es útil el agua magnética.
¿Y qué utensilio es ese que permite magnetizar -que no imantar- el agua corriente? Pues hablamos del Activador GIE, un aparato inventado por el ingeniero alemán Peter Gross que en realidad no sólo magnetiza el agua sino que además logra revitalizar su estructura cristalina natural convirtiendo el agua corriente de grifo, desestructurada y energéticamente muerta, en agua potable viva, estructurada y de alto valor biológico con notables cualidades terapéuticas. Y, encima, con un sabor mucho mejor que la del agua muerta de la que se obtuvo.

¿Qué es el "activador gie"?

El Activador GIE es un sistema de reestructuración, revitalización energética y magnetización del agua que se fabricó por primera vez en 1996 siendo -que sepamos- el único de tales características en el mundo. Su inventor es un científico alemán llamado Peter Gross a quien tuvimos oportunidad de conocer hace unas semanas cuando, aprovechando una visita de trabajo a España, tuvo la gentileza de acercarse hasta nuestra redacción con su mujer -y estrecha colaboradora- Mona y su amiga y representante en España Marion Kuprat. Y así, a lo largo de varias horas de distendida charla, supimos cómo se le ocurrió la idea de fabricar un aparato tan singular.

-Afirma usted que el Activador GIE que ha creado reestructura y revitaliza el agua desestructurada y muerta. ¿Cómo es eso posible técnicamente?

-Es sencillo: el agua corriente normal tiene una radiación de biofotones relativamente baja y, por tanto, de escasa calidad biológica. Y la tecnología incorporada en el Activador GIE consigue, entre otras cosas de las que hablaremos, que al pasar el agua por su interior el ángulo vinculante del hidrógeno -recordemos que el agua es H20- se "abra" de 104,5º a 109,5º. Ello permite que se formen nuevas moléculas de agua que en grupos de ocho se asocian luego para formar nuevas estructuras cristalinas estables. Es decir, el agua tratada con el aparato tiene parámetros físicos diferentes a los del agua corriente. Se transforma en un agua de mucha mayor calidad biológica.

-Dice que el agua corriente tiene una radiación de biofotones relativamente baja y que por ello es de escasa calidad biológica... ¿Puede aclararnos este punto?

-Verá, está científicamente demostrado en laboratorio que todos los alimentos, incluido el agua y los demás líquidos, almacenan luz. Bueno, información a través de biofotones. Y que es precisamente el contenido de luz de nuestra comida y bebida, junto con su orden interno, lo que determina su valor biológico vital. Pues bien, con el sistema que he creado el agua es expuesta a frecuencias naturales que, entre otras cosas, hace que se llene de luz armónicamente estructurada. Por eso al agua GIE es un alimento estructurado del más alto orden.

-Eso nos recuerda los trabajos sobre los quantum de luz del físico austríaco y Nobel de Física en 1933 Erwin Schrödinger. Llegó a afirmar que "los humanos somos seres vivos que tenemos que comer orden".

-Efectivamente. Conozco y comparto plenamente esa afirmación. Es simple: el orden es fundamental para la vida. Y la gente debería saber que cuando come y bebe absorbe las estructuras de orden -o de desorden- almacenadas en el alimento o bebida en cuestión. Es decir, esa información -ordenada o caótica- pasa en forma de frecuencias a nuestras células. Dicho de otra forma: la información existente en la comida y la bebida que ingerimos pasa a nosotros. Y recibir una información positiva o negativa termina determinando nuestro estado de salud mental, emocional y física. A fin de cuentas, todo está interrelacionado. Consecuentemente, no es lo mismo comerse un tomate biológico madurado lentamente al sol que uno de invernadero y tratado con pesticidas tras ser arrancado aún sin madurar de la planta. La diferencia es mucha e importante porque esos dos tomates no van a transmitir la misma información, ni tiene el primero la estructura ordenada del segundo.

-Así lo indican en efecto los trabajos de Schrödinger quien daba mucha importancia al orden de las estructuras de aquello que ingerimos. Claro que no hace falta remontarse a 1933 porque, de hecho, hace apenas dos meses publicábamos en nuestras páginas las imágenes obtenidas por Masaru Emoto al fotografiar los cristales congelados de moléculas de agua expuestas a distintas energías, positivas o negativas. Y es curioso observar las formas que adquieren las estructuras de esos cristales según la energía recibida sea de un tipo o de otro.

-Tiene razón, no hay nada más gráfico y clarificador que las más de 10.000 fotografías de Masaru Emoto. Esas imágenes han demostrado sin lugar a dudas que cuando se destruye la estructura interna del agua se destruye la geometría de ese elemento. Y donde no existe geometría no existe energía. A fin de cuentas, según la Biofísica la energía no es otra cosa que información; o, si lo prefiere, un patrón de frecuencias electromagnéticas. Por tanto, el agua pura no contaminada ni manipulada presenta una estructura cristalina y geométricamente regular que puede transmitir energía, es decir, información beneficiosa para quien la bebe.

-En suma, lo que hace el Activador GIE es devolver al agua corriente su estructura ordenada y cristalina...

-Eso es. Mire, en realidad el aparato activa hasta quince mecanismos diferentes que se ponen en marcha con la simple presión del agua al pasar por él cada vez que se abre el grifo. Mecanismos que revitalizan el agua mediante turbulencias, magnetización, oxigenación, energetización y otros procesos (el lector puede ver en el recuadro adjunto todo lo que hace el Activador GIE desde un punto de vista técnico).

-Lo que no terminamos de entender es cómo se puede revitalizar un agua presuntamente "muerta".

-Es que el agua es un elemento tan extraordinario que, aún en las peores condiciones, conserva al menos un 4% de la estructura residual de la fase cristalina. Y a partir de ese pequeño resto de agua viva se puede "reactivar" el resto hasta devolverla su estructura vital y beneficiarnos de la vida que sigue quedando en ella.

Un agua curativa

-Conocemos ya las numerosas propiedades terapéuticas del agua magnética (vea el lector el recuadro que publicamos al respecto), pero, ¿ha constatado si el agua tratada con su Activador GIE posee, además de esas, otras propiedades añadidas?

-Ciertamente. Está demostrado que las personas que utilizan únicamente agua GIE, tanto para beber y cocinar como para el aseo personal, terminan expulsando a través de la orina las toxinas que durante años habían acumulado en su cuerpo causando distintas molestias e, incluso, dolencias graves. Y no sólo eso: también hace que las sustancias nocivas que tomamos con nuestra dieta diaria no se sigan acumulando y sean directamente expulsadas por los mecanismos de que dispone el cuerpo para ello.

-Quiere decir que incluso previene la aparición de muchas de las llamadas enfermedades...

-Sí. Y de ahí que mis colaboradores y yo no nos cansemos de hablar de sus bondades. A las pruebas me remito. Está fehacientemente constatado en laboratorio que si se consume diariamente este agua y se utiliza también para el aseo personal la sangre forma en 6 u 8 semanas una cantidad considerablemente superior de glóbulos rojos, portadores de oxígeno. Eso significa, a corto plazo, tener un 20% más de oxígeno en la sangre. Y sin perder fluidez sanguínea porque el agua tratada con el Activador GIE es más fluida que la que sale del grifo o la que compramos embotellada. Supongo que no hace falta que explique la importancia que tiene este hecho. Baste recordar que su simple ingesta permitiría prevenir -e, incluso, tratar- cualquier enfermedad que se caracterice por falta de oxigenación de los tejidos. Como puede ser, por citar sólo una, el Mal de Alzheimer.

-Desde luego resulta sorprendente que usando simplemente este agua tan especial se puedan prevenir y tratar tantas enfermedades...

-Bueno, hablamos de un agua viva, magnetizada y reactivada que la convierte efectivamente en un elemento terapéutico de extraordinario valor biológico para el organismo. Aunque añadiré que lo que realmente la convierte en un agua "especial" es un fenómeno curioso que no se ha observado en ningún otro agua.

-¿A qué se refiere?

-A que el agua que se obtiene con el Activador GIE... ¡se adapta a las necesidades de cada ser de forma individual! Y se lo explico: el agua GIE transmite a las células de cada persona únicamente las frecuencias que ésta necesita en ese momento, Que, evidentemente, son distintas de las que puede necesitar en otra ocasión o de las que precisa otra persona completamente distinta.

-Es decir, que además es un agua "inteligente y selectiva".

-Bueno, podría decirse así. Verá, como ya dije, todo alimento o bebida que ingerimos posee un orden estructural y una información que nos transmite por biorresonancia. Pues bien, si esas frecuencias sintonizan -resuenan- con las nuestras, lo ingerido es fácil y rápidamente asimilado por el organismo. En cambio, lo que no sintoniza en lugar de generar resonancia provoca disonancia. Y las consecuencias son, entre otras, los residuos y toxinas no asimilados que deja ese alimento en el organismo. Algo que ocurre siempre cuando los alimentos están "muertos". Sin embargo, el agua tratada con el Activador GIE siempre resuena positivamente. Y aporta la "información" que en ese momento el cuerpo precisa. Información que puede ser distinta hoy a dentro de un mes y que suele ser además diferente en cada persona.

Un aparato al alcance de pocos

Llegados a este punto debemos decir que los Activadores GIE los fabrica de manera prácticamente artesanal una empresa alemana creada por el propio Peter Gross que se llama Aqua Ligro y que actualmente tiene representantes en varios países, incluida España. El problema es que se trata de un aparato no muy grande pero sí muy sofisticado en su interior que está fabricado con material caro y se monta de forma completamente manual e individual por lo que se tarda todo un día en fabricar una sola unidad. Como consecuencia, resulta que se están fabricando actualmente sólo unas 80 unidades al mes. Tal es la producción que hoy se hace para todo el mundo.

-Pues teniendo en cuenta el escaso nivel de producción de su empresa se convierte en un auténtico privilegio disponer de uno de sus aparatos...

-Sí, pero no estamos en condiciones de fabricar más por el momento. Tenga en cuenta que mi mujer y yo no montamos la empresa para ganar dinero sino para impedir que este descubrimiento se pierda, que quede en el olvido. De ahí que buena parte de mi tiempo lo esté dedicando ahora a dar conferencias y seminarios.

-Luego el precio será también "exclusivo".

-Supongo que eso depende de la valoración que cada uno haga de sus propiedades. El aparato se vende al público en unos 2.500 euros y le aseguro que no da más que para cubrir los costos del material y los sueldos. Insisto en que fabricamos sólo 80 al mes. La ventaja es que una vez instalado no requiere revisiones ni mantenimiento. Basta colocarlo tras el contador del agua en casa o en la oficina. Además, puede instalarse de forma que lo usen hasta cuatro viviendas a la vez con lo que se reduce el costo por familia notablemente. Por otra parte, le aseguro que a las pocas semanas de tenerlo instalado en casa todo el mundo da por bien invertido el dinero.

-Pues, honestamente, confiamos en que se anime usted a aumentar la producción. Un invento como el suyo no puede estar sólo al alcance de unos cuantos privilegiados. Permítanos agradecerle sinceramente, por último, que se haya desplazado hasta nuestra redacción y nos haya permitido compartir sus conocimientos.

-Les aseguro que para mi mujer y para mí también ha sido un placer charlar con ustedes.

José Antonio Campoy y Laura Jimeno Muñoz

Nota: el lector interesado en complementar la información ofrecida en este reportaje puede hacerlo en www.agua-viva.info <http://www.agua-viva.info> .


Cómo actúa el Activador GIE
El aparato inventado por el ingeniero alemán Peter Gross activa el agua ¡en menos de medio segundo! Ese es el tiempo que tarda en entrar en su interior, someterse a los mecanismos de activación y volver a salir. Sin electricidad ni motores. Con energía natural. Y al no haber partes móviles, sin desgaste mecánico. No requiere pues mantenimiento ni comporta gastos de ningún tipo. Su colocación, además, es muy sencilla. En cuanto a lo que el aparato hace en ese reducido tiempo es lo siguiente:

-Bifurca en su interior la corriente de agua en dos conductos.

-Produce turbulencia mediante rotación del agua en una tubería helicoidal.

-Produce turbulencia mediante el ajuste de polaridad norte de las moléculas de agua con repentino cambio de sentido merced a un imán.

-Produce turbulencia por el ajuste de polaridad sur de las moléculas de agua con repentino cambio de sentido mediante la utilización de un imán.

-Produce la ionización magnética permanente del agua.

-Provoca un cambio magnético permanente de la estructura de la cal haciendo el agua más blanda.

-Produce turbulencia mediante 17 zonas alternantes de presión y absorción a un ritmo de milésimas de segundo lo que causa la destrucción física de bacterias.

-Produce turbulencia al generar campos altamente magnéticos con diferentes vectores de línea de campo e imposición de los mismos entre y en los tubos conductores del agua debido al transporte de iones libres gracias al flujo del agua en el momento de su toma. Sin recurrir en ningún momento a la electricidad.

-Transmite al agua hasta 10.000 frecuencias naturales distintas.

-Transmite al agua varias frecuencias naturales inmateriales como las propias del crepúsculo matutino y vespertino, la luz plena de mediodía o la luna llena.

-Aísla contra los efectos del "smog" eléctrico.

-Enriquece el agua con oxígeno (entre un 5 y un 8%) sin suministro de oxígeno.

-Produce una recarga quíntuple de argón con un sistema por capas.

-Energetiza altamente el agua al emplearse exclusivamente materiales de construcción de orientación axial.

En suma, mediante estas acciones lo que logra el Activador GIE es eliminar bacterias indeseables y "borrar" del agua toda frecuencia indeseable. Asimismo, crea un potente remolino electromagnético que cambia varias veces su sentido de giro -en milisegundos- para luego someter el agua a una intensa turbulencia mecánica y a una casi simultánea magnetización del agua que, una vez limpia, estructurada y oxigenada es energetizada con miles de informaciones naturales. El resultado final es, según Peter Gross, un agua de altísima calidad biológica.

Eficacia terapéutica del agua magnética
Para llevar a cabo sus dos misiones fundamentales, es decir, transportar elementos nutritivos y drenar los desechos orgánicos, el agua necesita disolver las sustancias y luego arrastrarlas. Pues bien, según el doctor Felicísimo Ramos -autor de “El agua magnetizada” (Ed.Mandala)- cada una de esas misiones se mejora si el agua es magnética ya que ésta es diurética, ligera, más fácilmente asimilable, mineralizada y no tiene el inconveniente de formar microcristales nefastos para el organismo. Además actúa como drenante general del organismo y como regulador de todos los sistemas del cuerpo: circulatorio, nervioso, locomotor, digestivo, respiratorio, excretor, reproductor y endocrino.

Asimismo, entre las distintas funciones que realiza el agua magnética en nuestro organismo cabe destacar las siguientes:

-Energetiza el organismo y ayuda a conservar el buen estado de salud.

-Disminuye la viscosidad de la sangre y favorece la circulación sanguínea.

-Favorece la función pancreática. Gracias a ello los diabéticos pueden muchas veces disminuir su medicación.

-Colabora eficazmente en el proceso digestivo evitando los trastornos causados por el insuficiente poder solvente del agua común. Al disolver mejor las sales de los alimentos se asimilan mejor los nutrientes y se evitan el estreñimiento y la diarrea.

-Aumenta la solubilidad de las sales. Por eso, suministrándola regularmente a quienes tienen piedras en el riñón y en la vesícula consigue -en un elevado porcentaje- eliminar cálculos renales y biliares y se reduce la posibilidad de producir más.

-Facilita la expulsión de los molestos gases que provocan la hinchazón del vientre.

-Limpia los poros de la piel en profundidad por lo que ésta queda húmeda y suave más tiempo evitando que se reseque.

-Es muy útil en el lavado de heridas, el dolor de ojos, el tratamiento de los eczemas, las úlceras en las mucosas y la limpieza bucal en casos de halitosis. Además, su acción bactericida se pone de manifiesto en la cicatrización de pequeñas heridas y arañazos cutáneos. Y eso no es todo. A las propiedades descritas por el doctor en Física y Química Felicísimo Ramos hay que añadir los efectos terapéuticos contrastados por el médico francés Louis Donet.

Son estos:

-Favorece la normalización de los índices de colesterol y de urea.

-Regula la presión arterial, actúa sobre el tono y la elasticidad de los pulmones y el estómago, y tiene un efecto beneficioso sobre las variaciones en el sistema hormonal.

-Aumenta los movimientos peristálticos del intestino y sus efectos terapéuticos son notables en problemas digestivos como náuseas, vómitos, hinchazón de vientre, flatulencia, estreñimiento, etc.

-Ayuda a eliminar la celulitis, fluidifica la sangre, mejora la circulación y conserva la elasticidad de los vasos sanguíneos. Así, previene la trombosis y la tensión sanguínea elevada.

-Contribuye a que la región vesicular se vuelva blanda e indolora. En las heces se detecta la evacuación de pequeños cálculos biliares y en 2 o 3 meses desaparecen en su mayor parte los cálculos úricos.

-Aumenta la tasa urinaria y se disuelven más rápidamente los cálculos renales.

-Suaviza la piel, ablanda y elimina las durezas y mejora las dermatosis. Además, las uñas y cabellos mejoran de aspecto y de brillo.

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5- LA MEMORIA DEL AGUA

Es importante entender que el agua tiene "memoria". Es decir, posee la capacidad de almacenar en su estructura reticular, en forma de frecuencias electromagnéticas, la información de las sustancias de todo tipo con las que entra en contacto: minerales, vitaminas, aminoácidos, agentes químicos, microorganismos (bacterias, virus, hongos...), radiaciones, plantas, frutos, metales, hormonas, disolventes, productos fitosanitarios, abonos, etc. En el agua se puede hasta registrar la luz, el sonido, las emociones o los pensamientos. Y esa información, que se transmite a través de frecuencias, no se "borra" fácilmente.

Hoy se pueden extraer del agua muchas de las sustancias nocivas materiales mediante algunos de los métodos conocidos -destilación, filtración, etc.- pero con ellos no se eliminan las miles de frecuencias grabadas en ella que luego ejercen su efecto en los sistemas biológicos. Es decir, la información de las sustancias con las que ha estado en contacto, permanecen en el agua. Y se transmiten a nosotros, en mayor o menor medida cuando la ingerimos. Y otro tanto ocurre con todos los alimentos que se echan al agua o los lavamos con ella. La Homeopatía o las Flores de Bach, por ejemplo, funcionan precisamente porque el agua almacena la información de las sustancias que se diluyen en ella. Por eso la cantidad de producto no tiene tanta importancia. Y esa información que se almacena en la estructura del agua es traspasable a los sistemas biológicos -humanos, animales y plantas- como si las sustancias materiales aún estuviesen en ella.

En todo caso, debemos saber que el porcentaje de sustancias nocivas que incorporamos con el agua "potable" que bebemos es relativamente bajo en comparación con las sustancias nocivas que consumimos con nuestra comida y que no somos capaces de expulsar. Porque, ¿a dónde cree que terminan yendo a parar los productos agroquímicos que se echan a los alimentos? Según Peter Gross, comiendo un solo plato de lechuga de cultivo convencional podemos ingerir más nitrato que bebiendo agua durante un mes entero. No olvidemos que somos los últimos en la cadena alimenticia y que, en consecuencia, absorbemos las sustancias nocivas de todos los productos que han contaminado a vegetales y animales.

Cada vez son más los científicos que piensan que la aparición de numerosas enfermedades nuevas se debe primordialmente a dos hechos: la cada vez mayor sobrecarga del organismo con elementos tóxicos artificiales y su incapacidad para expulsar esas toxinas de forma natural porque el agua ha perdido su efecto purificador. Y piénsese que el cuerpo humano consiste en un 70-75% de agua.

Por otra parte, a veces tanto nuestras aguas potables como las minerales embotelladas están químicamente limpias... pero generalmente "muertas". No contribuyen ya a la eliminación de las sustancias nocivas de nuestro cuerpo. Eso sólo lo logra el agua viva, el agua de manantial pura y limpia que se obtiene directamente. Esa sí desintoxica el tejido conjuntivo y expulsa las toxinas del metabolismo ayudando en los procesos metabólicos y la digestión. El problema es que con la lluvia ácida encontrar hoy agua realmente pura es un imposible. De ahí la enorme importancia del Activador de agua GIE.

Por qué ingerir poca agua es causa de tantas enfermedades

Muy pocas personas ingieren hoy día la cantidad de agua que el organismo necesita para su correcto funcionamiento. Se trata de un elemento vital que no puede sustituirse con zumos, refrescos, colas, sodas, horchata, cerveza, vino, café, té o cualquier otra bebida. El agua no tiene sustitutivos válidos. Y el cuerpo necesita un mínimo de dos litros para realizar todas sus funciones corporales. No ingerirlos puede ser, de hecho, la causa de numerosas dolencias. El dato lo adelantamos ya en un reportaje anterior; en esta ocasión profundizamos en el asunto y explicamos por qué la falta de agua es causa de tantas enfermedades.

Aunque el doctor F. Batmanghelidj es iraní -nació en Teherán en 1931- estudiaría el bachillerato en Edimburgo (Escocia) formándose posteriormente como médico en la Escuela de Medicina del Hospital St. Mary de Londres donde al acabar la carrera ejercería inicialmente su profesión. Años después regresaría a su país donde, con el tiempo, pasaría a hacerse cargo del centro médico de caridad más grande de Teherán, lugar donde le pillaría la Revolución de 1979. Aquellos confusos momentos de euforia y feroz anti-occidentalismo llevarían al nuevo Gobierno revolucionario a ordenar numerosas persecuciones de las que no escaparía Batmanghelidj al que se acusaría falsamente de numerosos delitos, excusa que sirvió para que se le confiscaran todos sus bienes y se le encarcelara en Evin preparándose su ejecución. Una sentencia que se vería aplazada "sine die" al entender pronto los "guardianes de la revolución" que les era más útil como médico de la prisión.

Pues bien, sería la falta de medios con los que tendría que afrontar su trabajo en la penitenciaría lo que le llevaría a descubrir algo muy importante -más bien trascendente- que no le habían enseñado cuando estudió Medicina. Él mismo cuenta que un día tuvo que atender a un preso que sufría enormemente a causa de una úlcera péptica y cómo, al carecer de medicamentos, pudo ofrecerle sólo consuelo y agua. Fue entonces cuando comprobaría, con asombro, que la simple ingesta de dos vasos grandes de agua hacía desaparecer en sólo 8 minutos el fuerte e intenso dolor abdominal que aquel hombre padecía. Una mejoría que se mantuvo posteriormente bebiendo sólo agua.

Batmanghelidj dedicaría los 25 meses siguientes a preguntarse cómo había sido posible aquello y a averiguar hasta qué punto el agua era importante en el estrés -un problema habitual en la prisión- así como en otras muchas patologías. Sin embargo, sería entonces llevado a juicio donde tuvo que responder de ¡32 cargos! -un número tan disparatado de delitos que ni precisa argumentar su falsedad- siendo condenado a muerte. Sólo que este médico brillante utilizó entonces un argumento que incluso a aquellos revolucionarios fanáticos les pareció lo suficientemente convincente como para conmutarle la pena: su tratamiento de las úlceras pépticas con agua. Y le perdonaron la vida para que pudiese seguir investigando.

Es más, aquel texto sería publicado en 1982 en el Diario del Consejo Médico iraní y Batmanghelidj sería liberado lo que le permitió huir del país pocos meses después. Al año siguiente -exactamente en junio de 1983- ese mismo artículo vería otra vez la luz, esta vez en la Revista de Gastroenterología Clínica; y resultó tan sorprendente su contenido en Occidente que merecería incluso un comentario en la sección de Ciencias del New York Times.

Batmanghelidj estaba tan persuadido de la importancia de su descubrimiento, de lo que puede prevenir y curar la simple ingesta de agua, que ese mismo año de 1983 crearía su Fundación de lo Simple en Medicina como vehículo para cambiar nada menos que ¡la actual estructura sanitaria! Y sólo cinco años después -en 1987- presentaría los resultados de sus nuevas investigaciones ante un selecto grupo de investigadores del cáncer en Grecia con el sugerente título de El dolor, una necesidad para el cambio de paradigma.

Intentando cambiar el paradigma médico

A partir de entonces este notable médico iraní dedicaría los siguientes años a investigar el papel que juega el agua -y, sobre todo, su carencia- en los distintos trastornos del metabolismo del cuerpo. Y a explicar a sus colegas sus descubrimientos para que supiesen que el origen de muchas enfermedades no es otro que una deshidratación crónica del cuerpo, es decir, una insuficiente ingesta del agua que el organismo requiere diariamente. Encontrándose -como tantos otros colegas que en su momento rompieron también los esquemas de lo establecido- con el escepticismo, la incomprensión e, incluso, el desprecio. Actitudes que caracterizan a los ignorantes... y a quienes, sabiendo que lo se dice es cierto, procuran que la información no se difunda para que no merme los multimillonarios ingresos de todos esos fármacos paliativos que, aunque no curan nada, abarrotan las estanterías de las farmacias de todo el mundo.

Él mismo lo narra en el prefacio de su libro “Su cuerpo” reclama agua a gritos en el que denuncia además que la estructura sanitaria actual sólo busca vender productos que los médicos saben que no curan nada y que recetan sólo porque se les ha hecho creer que no se puede hacer otra cosa y no hay solución para muchas de las enfermedades que tratan, la mayoría catalogadas por la Medicina de "etiología -o causa- desconocida". A fin de cuentas, los grandes laboratorios farmacéuticos sólo investigan lo que puede producir beneficios... pero sin resolver la enfermedad. Porque toda enfermedad para la que se encuentra cura es una enfermedad que deja de producir beneficios a la industria farmacéutica. Y ésta lo que busca no es sanar a la gente sino ganar dinero con las enfermedades vendiendo paliativos.

Que una verdad tan simple no la entienda aún la gente -o no la crea- demuestra la fuerza de la propaganda y la publicidad. Lo que es posible por el silencio cómplice de los grandes medios de comunicación.

No es el caso de Batmanghelidj , desde luego, que también denuncia lo que en esta revista hemos dicho tantas veces: las facultades y escuelas de Medicina y los sistemas sanitarios de los principales países del mundo están manejados -unas veces abiertamente, sin disimulo, y otras de forma más discreta, desde la trastienda- por quienes controlan la industria farmacéutica (que son los mismos que controlan la industria petroquímica y la armamentística). ¿Se empezará pronto a indagar sobre el alquiler de conciencias individuales e, incluso, la financiación de algunos partidos políticos en todo el mundo?

Batmanghelidj denuncia además la actitud -y la ignorancia médica- de la mayor parte de sus compañeros de profesión que terminan optando -dice- por "incorporarse al negocio". Y, sobre todo, la de los responsables de las principales instituciones sanitarias internacionales, especialmente las norteamericanas. De hecho, este médico desencantado de la mediocridad mental con que se ha encontrado en su deambular cuenta en el libro algunas de sus peripecias en ese sentido y cómo tanto la Asociación Médica Americana (AMA) como el National Institutes of Health (NIH) norteamericano decidían no aceptar siquiera un diálogo para valorar la veracidad de sus afirmaciones. Siendo una de las excusas para no entrar a debatir la cuestión que no había dinero para valorar si el agua puede prevenir o curar enfermedades. Fantástico argumento científico para decidir algo cuya demostración no requiere apenas inversión -se trata de dar simple agua- y que no entraña peligro alguno -el agua carece de efectos secundarios negativos.

Y es que lo que Batmanghelidj asevera es simple pero absolutamente revolucionario: asegura que ¡la mayor parte de las enfermedades las causa la carencia crónica de agua! Es decir, son consecuencia de no beber la suficiente cantidad de agua cada día (lo reiteramos: diariamente). Obviamente, buena parte de los lectores pensará que eso no puede ser verdad, que no puede ser tan sencillo. Y, sin embargo, Batmanghelidj no hace esa afirmación de forma gratuita: la fundamenta científicamente.

Por eso no alberga la más mínima duda al afirmar con rotundidad que el agua es la mejor medicina natural para gran número de las llamadas enfermedades. Basta para constatarlo el hecho de que todas las funciones del organismo dependen del flujo de agua en el cuerpo. De ahí que lo que para muchos médicos es un "cuerpo enfermo" para Batmanghelidj no sea en muchas ocasiones sino un "cuerpo sediento" al que se puede devolver la salud dándole simplemente la cantidad de agua adecuada.

¿Tan difícil es de aceptar? Pues quizás le ayude recordar que el 75% de nuestro cuerpo es agua. Y que originariamente procedemos del mar. Es más, nuestra sangre tiene la misma composición que el agua de mar. Luego, ¿cómo va a costarnos entender que la deshidratación crónica puede provocar el deterioro -a veces de forma irreversible- de numerosas funciones orgánicas? ¿O es que desconocemos que los múltiples papeles químicos que se desarrollan en nuestro cuerpo son imposibles si no hay agua suficiente?

Los médicos, evidentemente, lo saben. Pero suelen olvidarlo cuando atienden a sus pacientes. O quizás sea verdad la afirmación de Batmanghelidj de que en realidad a sus colegas no se les ha explicado suficientemente los múltiples papeles químicos del agua en el cuerpo y que la deshidratación provoca a veces la pérdida de algunas funciones.

Pues bien, como quiera que cada función del cuerpo está regida y sujeta al flujo del agua se entenderá que el organismo la gestione muy cuidadosamente ya que es la única manera de garantizar que haya suficiente para que los nutrientes lleguen a todas partes y las distintas funciones bioquímicas tengan lugar. Obviamente, cuando eso no sucede, cuando no dotamos al organismo de suficiente agua, la que hay se destina a los órganos más vitales: cerebro, pulmones, hígado, riñones y glándulas tienen prioridad sobre músculos, huesos y piel en la distribución sanguínea. De ahí que si esa situación se mantiene durante largo tiempo haya órganos que puedan resultar afectados por la escasez.

El agua hidrata, los demás líquidos no

Quizás piense usted que si el organismo precisara realmente más agua... le "avisaría" haciéndole tener sed. Y es cierto. Pero no lo es menos que en esta sociedad consumista son muchas las personas que cuando tienen sed... toman líquidos, no agua. Es decir, beben zumos y refrescos industriales, aguas carbonatadas, colas, sodas, gaseosas, horchatas, granizados, cerveza, vino, leche, café, té, alcohol, etc. Y tales líquidos no son sustitutivos del agua natural. Porque todas esas bebidas contienen agua, es verdad, pero en muchas los demás elementos que contienen son agentes deshidratantes. Es decir, cuando se ingieren el organismo elimina el agua que contienen... y mucha más. Y es que todos poseen una fuerte acción diurética.

Entiéndalo bien pues: el único líquido que realmente hidrata el cuerpo es el agua.
Batmanghelidj lo explica con numerosos datos. Por ejemplo, ¿qué sucede si bebemos mucho café o bebidas que contienen cafeína, como el té o las colas? Pues que los estimulantes que contienen provocan una fuerte acción diurética y además actúan sobre el sistema nervioso central sobreexcitándolo y privando al cuerpo de su capacidad para formar energía hidroeléctrica. Además, el exceso de cafeína anula la formación de moléculas ATP -las encargadas de proporcionar energía al cuerpo (vea el artículo sobre Sodi Pallarés en este mismo número para ampliar la información)- algo que afecta sobre todo al cerebro y causar fatiga crónica y cansancio del músculo del corazón a causa de su excesiva estimulación.

Cabe añadir que la creencia de que la "boca seca" es el único signo de deshidratación del cuerpo es falsa. Esa señal es en realidad -siempre según Batmanghelidj- "el último signo externo de una deshidratación extrema". Es más, afirma con rotundidad que un cuerpo puede sufrir de deshidratación incluso aunque la boca esté totalmente húmeda.
En suma, es importante prestar tanta atención a la cantidad y calidad de lo que se come como a la cantidad y calidad de lo que se bebe. A este respecto, el doctor Batmanghelidj afirma que igual que tenemos "dolor de hambre" tenemos también "dolor de sed"; y en este caso el agua es la única sustancia efectiva para aportar alivio. En esas situaciones lo que quiere el cuerpo, lo que necesita, lo que pide, es agua y sólo agua.

Cuando el cuerpo tiene sed... los médicos le dan fármacos

El doctor Batmanghelidj asegura, en definitiva, que una deshidratación crónica causa muy diferentes síntomas: dolor, picor, inflamación, hormigueo, etc. Y que en dónde se manifiesten éstos depende de la zona del cuerpo en la que la escasez de agua sea más evidente. Asimismo, asegura que cuando esa deshidratación es prolongada el problema en esa zona se agrava y termina provocando una disfunción, una patología; lo que llamamos una enfermedad.

El drama, según Batmanghelidj, es que a los médicos no se les ha explicado esta cuestión tan simple y sencilla y se dedican entonces a acallar esos síntomas -que no son en realidad sino las señales de sequía del cuerpo- con productos químicos. Un tremendo error porque no se ataca la raíz del problema y encima se intoxica el organismo con productos tóxicos que envenenan las células.

Para Batmanghelidj, pues, los dolores crónicos del cuerpo que no puedan ser explicados como una lesión o una infección deberían en primer lugar y sobre todo ser interpretados como señales de una reducción crónica de agua en la zona donde se localiza el malestar. Y esos dolores crónicos incluyen el dolor dispépsico (gastritis, duodenitis, úlcera péptica...), el dolor artrítico reumatoide, el dolor de angina, el dolor lumbar, el dolor de las piernas al andar, los dolores de cabeza -especialmente la migraña y los de la resaca- y las colitis. A su juicio, todas esas dolencias deberían tratarse sólo bebiendo abundante agua. No menos de dos litros y medio cada 24 horas durante algunos días. Los analgésicos lo único que hacen es ocultar la señal de deshidratación local y crónica del cuerpo.

"La nueva verdad científica -dice Batmanghelidj- es que es el solvente -el agua- quien regula todas las funciones del cuerpo, incluida la actividad de todos los elementos que disuelve y conduce". Agregando que el cuerpo necesita como mínimo entre 6 y 8 vasos grandes de agua al día. Deberíamos pues tomar diariamente uno o dos vasos de agua de 200 ml. nada más levantarnos de la cama, otro media hora antes de la comida y de la cena, y otro más dos horas y media después de cada una de ellas. Asimismo, se recomienda tomar entre dos y tres vasos más a lo largo del día.

¿Cómo saber si está deshidratado?

Como quiera que la "boca seca" no es sino el último síntoma, el que indica que el organismo ya no puede funcionar correctamente si no se le proporciona agua, le explicamos cómo saber si su cuerpo tiene sed según el doctor Batmanghelidj. Y es simple: fíjese en el color de la orina y compruebe si normalmente es incolora o ligeramente amarilla; si es así no hay problema. Ahora bien, si normalmente es amarilla oscura o, incluso, de color naranja usted se está deshidratando. Ese color oscuro significa que los riñones están trabajando duro para eliminar las toxinas del cuerpo y la orina está muy concentrada. Además, es verdad que los riñones tienen la habilidad de concentrar la orina pero esa capacidad no debe usarse en su estado límite como norma so pena de provocar daños en el riñón.

Batmanghelidj asevera también que cuando un cuerpo está deshidratado los procesos fisiológicos que se establecen son los mismos que cuando uno sufre estrés. Y es que la deshidratación es precisamente el principal estresante de toda materia viva.

El papel del agua

Batmanghelidj incide mucho en algo cuya importancia parecen ignorar -o no valoran en su justa medida- sus colegas: el hecho de que el agua no es simplemente el solvente, lo que llena el espacio entre la materia sólida (lo disuelto). La idea de que el cuerpo es como una gran "probeta" llena de sólidos de naturaleza diferente y el agua del cuerpo la materia que la envuelve pero cuyo papel es insignificante es un error tan grave que ha impedido comprender cómo funciona realmente el metabolismo. Aún hoy hay muchos médicos y científicos que siguen pensando que son las sustancias disueltas en la sangre y en el suero del cuerpo las que regulan todas sus actividades.

Cuando, en realidad, sobre el agua -y sobre su papel en los procesos bioquímicos y bioenergéticos- no se ha sabido casi nada hasta hace muy poco tiempo (véanse los artículos publicados anteriormente). El hecho de que se trate de un componente abundante y normalmente fácil de obtener -la verdad es que no es así en muchos lugares donde el agua es un lujo- hizo que no se estudiara a fondo su papel y que no se tuviera en cuenta la posible implicación de su carencia en muchas enfermedades.

Es decir, a quienes estudiaron inicialmente a fondo el funcionamiento de nuestro cuerpo se les escapó su importancia real y, sobre todo, lo que a nivel funcional implica su carencia continuada. Nadie, hasta Batmanghelidj, pensó que un organismo podía estar deshidratado y ser esa la causa de numerosos fallos o patologías. ¿Cómo iban a caer en ello si en el organismo el 75% es agua y ésta se encuentra en todas partes? No coligieron, sin embargo, que los líquidos con que mucha gente pretende apagar la sed e hidratarse... no sólo no cumplen ese cometido sino que además deshidratan, como ya hemos explicado. Y no cayeron en la cuenta tampoco de que precisamente porque el 75% del cuerpo es agua la importancia de que haya suficiente es aún mayor. El cerebro, por ejemplo, está constituido en un 85% de agua.

En suma, Batmanghelidj no duda de que la deshidratación crónica es en realidad la causa de buena parte de las llamadas enfermedades. Y argumenta que eso explica por qué la mayoría siguen siendo para muchos médicos y científicos de etiología o causa desconocida. Y por qué son incapaces de curarlas. "Basta consultar cualquier texto de medicina para comprobar que a la hora de explicar las causas de las enfermedades más extendidas todo es palabrería. Se utilizan centenares de páginas para terminar diciendo siempre lo mismo: etiología desconocida".

Hoy casi todos los tratamientos médicos, salvo las infecciones que se tratan con antibióticos o la cirugía reparadora, son paliativos. Los médicos no saben curar un simple constipado o una gripe pero tampoco las alergias, la hipertensión, el asma, las úlceras pépticas, la artritis, el Alzheimer, el Parkinson, la esclerosis múltiple, el cáncer... y así un sinfín de "enfermedades". "¿Cuándo entenderán mis colegas -se pregunta Batmanghelidj- que la mayoría de las llamadas 'enfermedades degenerativas' se deben muy probablemente a una deshidratación crónica? ¿No les basta para constatarlo mi éxito al tratar sólo con agua a más de 3.000 pacientes que padecían úlcera péptica? ¿Por qué no entienden que lo mismo pasa con otras muchas patologías? ¿Se debe esa resistencia al hecho de que lo que postulo hace evidente que la práctica de la medicina clínica se basa en una hipótesis falsa y en una premisa inexacta?"

Conviene aclarar de nuevo que Batmanghelidj se refiere siempre a una deshidratación crónica, a la falta de agua de manera continuada en el tiempo. Y que, consecuentemente, bastaría ingerir la suficiente cantidad de agua diariamente para evitarla.

Debe entenderse, asimismo, que la falta de agua puede llevar a una situación de deterioro físico que impida revertir el proceso de degeneración causado por su carencia. Por tanto, si bien la ingesta de agua prevendría en principio la aparición de la mayoría de las enfermedades y puede detener los procesos degenerativos en marcha... cuando el deterioro es total no puede revertirse el problema de la misma manera que usted no puede recuperar una mano amputada. En cambio, sí puede detener el proceso degenerativo.

Obviamente, tampoco pretenda resolver su problema si padece un proceso degenerativo en diez días dedicándose a beber litros de agua. Se trata de rehidratar el cuerpo bebiendo agua suficiente cada día. No se equivoque.

Como el lector puede comprobar, el asunto es importante. De ahí que entendamos que deba ser explicado con más detalle. Como hemos comentado anteriormente, Batmanghelidj tiene fundamentadas científicamente sus aseveraciones y además las ha constatado clínicamente. Lo contaremos el próximo mes.

José Antonio Campoy

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6- POR QUÉ INGERIR POCA AGUA ES CAUSA DE TANTAS ENFERMEDADES

La afirmación del Dr. Fereydoon Batmanghelidj de que buena parte de las enfermedades -especialmente las degenerativas- las causan la deshidratación del organismo ante la carencia crónica de agua -como explicamos el número pasado- no es una afirmación gratuita: está fundamentada científica y clínicamente. Y como quiera que es importante que la gente -y muy especialmente los médicos- conozcan la base de sus aseveraciones vamos a explicarlo más en detalle.

Para que las múltiples reacciones químicas que se desarrollan en nuestro organismo sean posibles hace falta ingerir cada día suficiente agua. No hacerlo -y ya hemos explicado en nuestro anterior artículo que el agua no es sustituible por otros líquidos- no sólo impide el correcto funcionamiento del organismo sino que puede provocar muchas patologías. El doctor Fereydoon Batmanghelidj explica en su obra "Su cuerpo reclama agua a gritos" -sobre la que se fundamenta este texto- que, de hecho, "la deshidratación crónica es el estresante principal del cuerpo y la responsable desconocida de la muerte de millones de personas. Considero que es la responsable de la mayor parte de fallecimientos por enfermedad, muy por encima de cualquier otra afección. Sin embargo, los arrogantes sistemas sanitarios de los países supuestamente avanzados no la consideran importante y siguen tratando a los enfermos con productos químicos en vez de con simple agua hasta que, al final, logran que aparezcan problemas de verdad".

Batmanghelidj explica que cuando un ser humano -o un animal- se deshidrata el organismo reacciona aumentando la producción del neurotransmisor histamina a fin de regular la cantidad de agua disponible. Sólo que cuando eso sucede y la histamina y sus reguladores de agua subordinados son demasiado activos pueden aparecer alergias, asma y dolores crónicos en diferentes zonas del cuerpo, desde el dolor dispépsico hasta el artrítico reumatoide pasando por el de angina, el lumbar, el de piernas, la migraña, la colitis. Y es que aunque esos dolores se perciban en zonas localizadas en realidad están avisando de que hay deshidratación de todo el organismo.

Saber esto es importante, especialmente entre los médicos. Porque si tales síntomas no se reconocen como avisos urgentes de que el organismo necesita agua... se puede entonces llegar a una deshidratación crónica que puede causar a largo plazo muchos e irreversibles daños.

Y lo malo es que esos dolores raramente se interpretan como una señal de que el nivel de agua que el cuerpo precisa está bajo mínimos. Los médicos saben -porque los análisis así lo indican- que en el organismo hay exceso de histamina... pero lo que hacen normalmente es recetar antihistamínicos o bloqueadores de la histamina con lo que además de no actuar sobre la causa provocan encima efectos secundarios negativos. Cuando bastaría decirle al paciente que beba cada día suficiente agua y así bajará de forma natural su nivel de histamina.

Es más, el lector debe saber que los antihistamínicos bloquean la dilatación capilar del cerebro precisamente cuando éste -en situación de deshidratación- debe computar más cantidad de información de lo normal, tal como ocurre en una situación de estrés. Además, cuando se utilizan antihistamínicos el cerebro recibe menor provisión de sangre y, por tanto, de nutrientes. Y en ese estado muchas funciones de las células cerebrales empiezan a deteriorarse. Entre ellas, el sistema de transporte de los neurotransmisores a los terminales nerviosos.

La falta de agua, principal causa de las enfermedades cerebrales

El caso es que según Batmanghelidj la deshidratación crónica de las células cerebrales junto a la falta de sodio y de un aminoácido esencial -el triptófano- son la principal causa de las patologías cerebrales: Alzheimer, Parkinson, Esclerosis múltiple, Ataxia cerebelosa, la depresión... La principal, no la única. De hecho hay otros factores como, por ejemplo, el exceso de aluminio en circulación dentro del cuerpo. Una posibilidad que se fundamenta en el hecho constatado de que el aluminio está muy presente en el agua ya que hasta en las sociedades occidentales tecnológicamente más avanzadas se utiliza sulfato de aluminio en el proceso de desinfección del agua potable de las ciudades.

En el cerebro, como decimos, es imprescindible tanto un buen nivel de hidratación como de sodio en el interior de las células pues ello es absolutamente esencial tanto para la generación de la energía hidroeléctrica con la que se nutre como del buen funcionamiento de los mecanismos de neurotransmisión. Una regulación que controla básicamente un aminoácido esencial, el triptófano, que activa para ello una serie de neurotransmisores (la serotonina, la triptamina, la melatonina y la indolamina).
Pues bien, al parecer la deshidratación causa una grave carencia de triptófano en el cerebro. Y cuando eso sucede, cuando los niveles de triptófano son inferiores a lo normal -este aminoácido es muy sensible al estrés-, entra en acción un "mecanismo de seguridad": el sistema renina-angiotensina-aldosterona (del que luego hablaremos) que induce la retención de sal y un aumento de actividad de la histamina. Luego, con el reaprovisionamiento del triptófano al cerebro, la actividad de la histamina disminuye y el contenido de sal en el cuerpo y la presión sanguínea se normalizan con lo que todas las funciones corporales vuelven a trabajar correctamente haciendo posible la homeostasis. De ahí que sea tan importante asegurarse de reponer las reservas de este aminoácido esencial mediante los alimentos ya que el organismo no lo sintetiza.

Obviamente -añadiremos nosotros-, hay que tener en cuenta igualmente la falta de oxigenación de las células cerebrales por déficit de sangre debido a otras causas. Por ejemplo, por la compresión patológica de las estructuras neurovasculares que en ocasiones tiene lugar en la base del cuello si afectan a la arteria vertebral haciendo que llegue un menor flujo de sangre al cerebro y dificultando el retorno venoso en la zona craneoencefálica. Un problema que se soluciona quirúrgicamente como en nuestro país han demostrado -entre otros- los doctores José Pérez Fernández y José Luis Castillo Recarte después de numerosas intervenciones (lea el lector los artículos al respecto en nuestra web: www.dsalud.com ).

La importancia del agua en la digestión

También en el proceso de digestión el agua es fundamental. Cuando comemos el organismo segrega en el estómago el denominado jugo gástrico, una solución muy corrosiva compuesta básicamente por ácido clorhídrico diluido y una enzima inactiva llamada pepsinógeno que se transforma en pepsina y tiene como función descomponer las proteínas en elementos más pequeños -los péptidos- para proceder a su metabolización. Luego, a medida que el estómago hace su trabajo, las porciones no metabolizadas son trasladadas al intestino delgado a través de otra válvula: el píloro. Sólo que antes de pasar al intestino delgado el páncreas segrega -además de dos enzimas (la amilasa y la lipasa) y dos proteasas (la tripsina y la quimotripsina) que continúan con el proceso digestivo- una solución bicarbonatada para alcalinizar el entorno y contrarrestar la acidez con la que llega el alimento del estómago.

Pues bien, para fabricar esa solución bicarbonatada el páncreas necesita una gran cantidad de agua circulante. Y cuando el cuerpo está deshidratado eso no es posible con lo que el proceso digestivo no puede realizarse de forma eficiente.

En otras palabras, cuando el cuerpo está deshidratado, cuando tiene escasez de agua, no hay garantía de que el jugo gástrico sea neutralizado debidamente. Y ahí empieza el problema porque como el sistema no va a permitir de ninguna forma que el contenido ácido y corrosivo del estómago alcance el intestino ya que el daño sería irreparable, el píloro -la válvula que separa el estómago del intestino- permanece cerrado. Un hecho que es el primer paso en la producción del dolor dispépsico.

Obviamente, como el estómago no puede retener de forma permanente su contenido, al organismo sólo le queda una vía para vaciarlo: la boca. Y provoca el vómito. Una acción que conlleva otro problema: la irritación que provoca en el esófago el paso de los alimentos ácidos al ir desde el estómago hasta la boca: lo que llamamos "ardor de esófago".

Dicho esto, hay que añadir que la falta de agua provoca también otras dolencias. Es el caso de la colitis -o inflamación de colon- y del estreñimiento al que frecuentemente va asociada. Ambas patologías deberían considerarse también, a juicio de Batmanghelidj, "señales claras de deshidratación del cuerpo". Porque, según explica, si bien es verdad que la falta de fibra con la comida puede provocar ambos problemas es aún más importante la falta de agua ya que sin ella no hay lubricación y los excrementos no pueden ser expulsados (o lo son con mayor dificultad). Una situación que se agrava cuando, comida tras comida, seguimos sin beber suficiente agua y se acumulan en el intestino grueso las heces endurecidas (lo que llamamos estreñimiento). Proceso que con el tiempo termina causando dolor e inflamación en el colon -a veces con infección- y que es lo que conocemos como colitis.

En suma, para Batmanghelidj no hay duda alguna de que tanto el estreñimiento como la colitis se evitan simplemente bebiendo suficiente agua cada día.

Termino añadiendo que para Batmanghelidj también la bulimia puede estar causada por una deshidratación crónica del cuerpo. Según él, muchas de las personas bulímicas que sienten una necesidad incontrolable e instantánea de vomitar nada más comer lo hacen porque al no tener su organismo suficiente agua para alcalinizar el entorno del estómago antes de pasar al intestino -según el proceso descrito antes- se ven obligadas a hacerlo. Una situación que cuando se repite a menudo les lleva a tener el mencionado "ardor de esófago" y que, incluso, puede llevar a desarrollar cáncer (generalmente en la parte inferior del mismo). Pero afirma sobre todo que -en general- los bulímicos confunden inconscientemente la "necesidad de comer" con la "necesidad de beber". Asegurando que si se hidrataran convenientemente bebiendo suficiente agua todos los días la "sensación de hambre" -que no sería tal sino de sed- desaparecería.

La artritis

Para la Medicina convencional la artritis es una enfermedad producida por la alteración patológica del cartílago -uno de los tejidos que forman las articulaciones-, lo que provoca dolor e hinchazón en las articulaciones que, con el paso del tiempo, pueden llegar a lesionarse gravemente provocando artrosis, es decir, deformaciones de los huesos. Y las divide en diversos "tipos" aunque las dos más comunes son la Osteoartritis y la Artritis Reumatoidea. La primera es el tipo más común y suele aparecer con la edad -después de los 45 años- afectando especialmente a dedos, rodillas y caderas. La Artritis Reumatoidea, en cambio, se achaca a un mal funcionamiento del sistema inmune y afecta más a menudo a las manos y los pies.

También se cree que puede llevar a ella la gota, el lupus y la hepatitis viral.
Lo más grave, en cualquier caso, es que en realidad oficialmente se desconoce la causa -sólo hay elucubraciones- y el futuro de quienes padecen esta "enfermedad" es sufrirla de por vida consumiendo constantemente antiinflamatorios, analgésicos y otros paliativos que engorden las cuentas de la industria farmacéutica.

Para Batmanghelidj, sin embargo, los millones de personas de todo el mundo que sufren alguna forma de artritis deberían saber que también en su caso el problema suele estar causado también por una deshidratación crónica. Según él, los dolores en las articulaciones deberían de hecho considerarse meros indicadores de falta de agua en la superficie del cartílago de la articulación afectada. Es decir, el dolor artrítico no sería más que otra señal de deshidratación... aunque puntualiza que en algunos casos la carencia de sal en el organismo puede ser un factor coadyuvante.

Batmanghelidj recuerda que la superficie del cartílago de los huesos contiene mucha agua encargada de lubrificar las articulaciones y permitir que las dos superficies opuestas resbalen libremente entre sí durante el movimiento. Lo que permite a un cartílago bien hidratado que el deterioro a causa de la fricción sea mínimo. Por tanto, cuando no hay suficiente agua, cuando las articulaciones no están bien hidratadas, cuando la lubricación no es la adecuada... las superficies rozan entre sí provocando el llamado dolor artrítico. Consecuentemente debería bastar con incrementar la ingesta regular de agua para producir una mayor cantidad de sangre circulante en la zona que rehidrate plenamente el cartílago.

La hinchazón y el dolor en la cápsula de la articulación, según Batmanghelidj, no serían pues sino la indicación de que hay una dilatación excepcional, una inflamación de los vasos que proveen de sangre a la cápsula.

Añadiendo que como la deshidratación en las superficies de la articulación puede provocar un daño grave -hasta el punto de desnudar las superficies del hueso y dejarlas descubiertas- el tejido dañado activa entonces un mecanismo para reparar y remodelar la articulación. Y lo hace secretando hormonas en la cápsula de la articulación para que remodelen y reestructuren las superficies. Por desgracia, se trata de un proceso de reparación que suele provocar a veces la deformación de las articulaciones, es decir, artrosis.

En suma, para evitar la artritis lo que habría que hacer es tomarse en serio el primer dolor inicial, empezar en ese momento a ingerir suficiente agua diariamente y doblar suavemente y de forma constante las articulaciones para activar la circulación en la zona a fin de recuperar la movilidad. Y solo si el dolor no desapareciera en unos días, consultar al médico.

El lumbago

Obviamente, lo dicho es válido para las articulaciones vertebrales de la columna. Con la diferencia de que en ellas el agua no sólo lubrifica las superficies de contacto sino que la almacena en el corazón de los discos intervertebrales para así soportar la presión del peso de la parte superior del cuerpo. De hecho, se calcula que el 75% del peso de la parte superior del cuerpo es soportado por el volumen de agua almacenado en el núcleo del disco de la 5ª vértebra lumbar mientras el otro 25% es soportado por la materia fibrosa que existe alrededor de ese disco. Pues bien, según Batmanghelidj cuando hay deshidratación los discos intervertebrales y las articulaciones de la columna están entre los primeros órganos afectados. Y que su valoración parece correcta lo indica que la afectación del 5º disco lumbar -cuya función es tan importante para mantenernos erguidos- suele producirse en el 95% de los casos de problemas de columna.

Obviamente, cuando ésta está en malas condiciones se producen, como consecuencia, diversos problemas musculares, entre ellos el lumbago -o lumbalgia-, familiarmente conocido como "dolor de riñones" aunque en realidad no lo causen éstos sino las alteraciones de las diferentes estructuras que forman la columna vertebral: ligamentos, músculos, discos vertebrales y vértebras.

En definitiva, para evitar todo dolor de espalda Batmanghelidj aconseja beber bastante agua y hacer una serie de ejercicios a fin de crear un vacío intermitente que atraiga el agua dentro del espacio del disco. Asegurando que de esta forma cualquier dolor de espalda se alivia en media hora.

La migraña

Según Batmanghelidj, la migraña también suele deberse a la deshidratación. Para él es un indicador de regulación crítica de la temperatura corporal. Es decir, es una dolencia que revela una especie de "estrés de calor".

Un exceso de mantas en la cama que no dejan que el cuerpo regule su temperatura durante el sueño, bebidas alcohólicas que provocan deshidratación celular -particularmente en el cerebro-, situaciones de alergia que hacen secretar histamina o un exceso de calor ambiental sin ingesta de agua son ejemplos típicos de ese "estrés de calor". Algo que se evita con la simple ingesta regular de agua. Y, en este caso concreto, de agua fría que baje la temperatura del cuerpo y del cerebro desde el interior y promueva el cierre del sistema vascular periférico cuya dilatación, según Batmanghelidj, es la causa desencadenante de la migraña.

La depresión, la fatiga crónica y el estrés

Comúnmente se acepta que la depresión está asociada al estrés social, es decir, al temor, la ansiedad, la inseguridad, los problemas matrimoniales y emocionales persistentes... Para Batmanghelidj, sin embargo, la depresión -que no la tristeza, el decaimiento, etc.- es el resultado de una carencia de agua en el tejido cerebral. Aseveración que apoya explicando que el cerebro utiliza la energía eléctrica para funcionar y ésta se genera en el interior del cuerpo... merced precisamente a la circulación del agua. Consiguientemente, con la deshidratación el nivel de generación de energía disminuye, especialmente en el cerebro, por lo que muchas funciones cerebrales que dependen de ese tipo de energía se vuelven ineficaces. Y a esa "incompetencia de función" es a lo que Batmanghelidj achaca lo que llamamos "depresión".

Agregando que ese estado depresivo causado por la deshidratación es también lo que suele llevar al llamado Síndrome de Fatiga Crónica, afección que no sería sino una etiqueta puesta sobre una serie de problemas fisiológicos avanzados que se hallan asociados al estrés y, por ende, a la deshidratación crónica. Afirmación que apoya en el hecho de que en todos los casos que ha tratado, tras un periodo de tiempo corrigiendo la deshidratación y sus complicaciones metabólicas, el Síndrome de Fatiga Crónica mejoró de forma sorprendente.

El estrés:
Para Batmanghelidj, cuando el cuerpo está deshidratado pone en marcha unos procesos fisiológicos similares a los que activa cuando está atendiendo una situación de estrés. Por eso para él la deshidratación causa estrés y el estrés causa una posterior deshidratación ya que agota las reservas de agua del cuerpo.

Es decir, cuando el cuerpo vive una situación de estrés -o de deshidratación según el paradigma de Batmanghelidj- asume una situación de crisis y empieza a movilizar una respuesta a esa situación. Entre otras cosas, activando el sistema renina-angiotensina-aldosterona (luego hablaremos de ello). Y segregando diversas hormonas que mantiene activas hasta que el cuerpo sale de las circunstancias estresantes. Esas hormonas son, principalmente, las endorfinas, la cortisona, la prolactina, la vasopresina. Veamos cómo actúan y qué efectos producen.

-Las endorfinas:
Estas hormonas preparan el cuerpo para soportar dificultades y lesiones hasta que esté fuera de peligro. También suben el umbral del dolor. Con la protección de las endorfinas el cuerpo es capaz de seguir con su tarea a pesar de sufrir dolor. A causa de los partos y de la menstruación las mujeres parecen disponer de esta hormona mucho más fácilmente siendo la razón de que generalmente sobrelleven mejor el dolor y el estrés.

- La cortisona:
El objetivo de esta hormona es movilizar las energías almacenadas y aportar la materia bruta de emergencia para producir los neurotransmisores y proteínas primarias más esenciales para poner al cuerpo fuera de dificultades. Para ello transforma la grasa en ácidos grasos que se convierten en energía. Y disuelve algunas proteínas en aminoácidos esenciales para formar más neurotransmisores, nuevas proteínas y aminoácidos que serán quemados por los músculos. El problema es que si la acción de la cortisona se mantiene durante mucho tiempo se agotan las reservas de aminoácidos del cuerpo.

-La prolactina:
Se trata de una hormona que garantiza que la madre lactante siga produciendo leche. Prepara, regenera y aumenta en cantidad las células glandulares del pecho para que sigan produciendo leche, incluso si hay deshidratación o estrés. Esta hormona se elabora en la placenta y está almacenada en el líquido amniótico que rodea al feto. Tiene una acción similar a la hormona del crecimiento pero se ha demostrado en ratas que su exceso causa tumores en las mamas. Por eso Batmanghelidj mantiene que también la deshidratación crónica es un factor primario causante de la aparición de tumores de mama. Para él, no puede pasarse por alto la relación entre el estrés, la deshidratación crónica sujeta a la edad, la secreción persistente de prolactina y la transformación en cáncer del tejido glandular del pecho. De ahí que asegure que la ingesta diaria de agua sea una medida preventiva del cáncer de mama en las mujeres así como el cáncer de próstata en los hombres.

-La vasopresina:
Es una hormona que produce la glándula pituitaria y se secreta en la sangre encargándose de regular el flujo selectivo de agua dentro de las células. Y puede causar también contracción de los capilares que activa, es decir, vasoconstricción.

Hay que explicar que la membrana celular está compuesta por dos capas que se mantienen unidas gracias a la propiedad adhesiva del agua que existe entre ellas donde flotan las enzimas que, al reaccionar juntas, causan la acción deseada dentro de la célula. Así que cuando hay suficiente agua entre las dos capas de la membrana celular las reacciones bioquímicas propias pueden desarrollarse con normalidad pero si el flujo es insuficiente las funciones celulares se ven negativamente afectadas. Y para prevenir esa peligrosa posibilidad la naturaleza está dotada de un magnífico mecanismo: la creación de filtros de agua a través de la membrana. Para lo cual segrega la hormona vasopresina que, cuando alcanza la membrana celular, se funde con el correspondiente receptor de la célula y permite filtrar agua por unos agujeros tan diminutos que sólo permiten el paso de una molécula de agua a la vez. Siendo las células nerviosas las que poseen más receptores de vasopresina ya que necesitan conservar siempre las vías de agua de los nervios en perfecto funcionamiento. En suma, la vasopresina es una de las hormonas implicadas en el racionamiento y distribución prioritaria de agua en caso de deshidratación a fin de preservar el correcto funcionamiento del sistema nervioso.

Pues bien, la ingesta habitual de alcohol suprime la secreción de vasopresina por la glándula pituitaria. Y su ausencia en sangre supone una deshidratación del cuerpo, incluidas las células cerebrales. Además, cuando la deshidratación es muy acusada y se necesita urgentemente agua para que la circulación sanguínea sea mayor a lo largo de los nervios el cuerpo segrega histamina en las células de revestimiento provocando inflamación y lesionando la zona. Bueno, pues según Batmanghelidj son las manifestaciones externas de ese proceso local las que han sido etiquetadas con el nombre de diversas enfermedades, incluida la Esclerosis Múltiple. Por lo que todas esas "enfermedades", a su juicio, se previenen y tratan en realidad de forma muy sencilla: tomando suficiente agua.

En cuando a los efectos de la cafeína y otros estimulantes es verdad que a veces pueden considerarse deseables pero el consumo constante de café, té o colas en sustitución del agua priva al cuerpo de su plena capacidad de formar energía hidroeléctrica. El exceso de cafeína anula la energía ATP almacenada en el cerebro y en el cuerpo por lo que según Batmanghelidj es una de las principales causas que llevan tanto al llamado Déficit de atención como al Síndrome de Fatiga Crónica. Es más, un exceso de cafeína puede a largo plazo terminar cansado al corazón a causa de su excesiva estimulación.

Cabe agregar que algunos tests experimentales han demostrado que la cafeína perjudica la vista y a los componentes de la memoria que tienen que ver con la facultad de aprendizaje. De ahí que las personas afectadas de Alzheimer y los niños con dificultades para estudiar no debieran tomar café nunca.

La hipertensión

Como ya adelantamos antes, la actividad del denominado sistema renina-angiotensina-aldosterona -un mecanismo subordinado a la activación de histamina en el cerebro- es esencial en el control del volumen y la presión sanguínea activándose para conservar el agua cuando falta ésta o cuando hay carencia de sodio en las células. Es más, hasta que el contenido de agua y sodio del cuerpo no alcanza un nivel adecuado el sistema actúa estrechando la capa capilar y el sistema vascular. Un estrechamiento cuyo nivel se puede medir y conocemos como hipertensión.

La razón de ese estrechamiento de los vasos sanguíneos durante una situación de estrés es fácil de comprender. Cuando hay estrés parte del agua disponible se usa para disolver las materias almacenadas, como las proteínas, el almidón y la grasa. Y es para compensar el agua gastada que se pone en marcha el sistema renina-angiotensina-aldosterona coordinando su funcionamiento con la vasopresina y otras hormonas. Cabe añadir que son los riñones el principal lugar de actividad de ese sistema. A fin de cuentas, son los responsables de la producción de orina con que eliminamos las toxinas y demás material de desecho.

Bueno, pues para poder trabajar en condiciones los riñones necesitan suficiente agua. Y es verdad que ante su carencia pueden concentrar la orina pero no es menos cierto que esa capacidad no debe usarse hasta el límite so pena de dañar el riñón. En suma, el sistema renina-angiotensina-aldosterona es más activo cuando los riñones están dañados y la producción de orina es insuficiente. Y, por tanto, provocar disfunciones renales. Los problemas renales, por tanto, pueden también ser consecuencia de una deshidratación crónica y de una carencia de sodio (sal).

En definitiva, la presión arterial alta es también para Batmanghelidj el resultado de un proceso de adaptación a la carencia de agua en el cuerpo. Cuando no bebemos suficiente agua para atender todas las necesidades del mismo algunas células se deshidratan. Se sabe que en caso de restricción de agua el organismo extrae el 66% del agua almacenada en el interior de las células, el 26% de la contenida en el exterior de las mismas y el 8% de la sangre. Y en esos casos los vasos sanguíneos no tienen más alternativa que reducir su capacidad para responder a la disminución del volumen de sangre, reducción que causa el incremento de la presión sanguínea que conocemos como hipertensión.

Batmanghelidj explica luego que cuando bebemos menos agua de la diariamente necesaria, el cierre de algunas capas vasculares es la única alternativa que tiene el organismo para mantener el resto de los vasos sanguíneos llenos. La cuestión es cuánto tiempo se puede seguir así. Y la respuesta, para Batmanghelidj, es "el tiempo suficiente para enfermar y morir". Por tanto, el tratamiento esencial de la hipertensión debería consistir también, sencillamente, en aumentar la ingesta diaria de agua.
De ahí que critique duramente a sus colegas cuyo método para tratar la hipertensión califica de "absurdo científico". ¿Cómo se explica -dice- que los cardiólogos den diuréticos a los hipertensos mientras el cuerpo lucha desesperadamente por retener todo el agua posible?

Y añade: "La medicina oficial asume que la causa de la hipertensión es la retención de sodio en el cuerpo cuando, en realidad, conservar el sodio en el organismo no es más que el último recurso del cuerpo para retener cierta cantidad de agua que le permita seguir vivo y funcionando correctamente. Asumir que el sodio es la causa de la hipertensión supone un conocimiento deficiente de los mecanismos reguladores del agua en el cuerpo. Cuando se dan diuréticos para vencer al sodio el cuerpo se deshidrata aún más. No curan la hipertensión. Lo que consiguen es que el cuerpo se concentre más en la absorción de sal y agua aunque, por efecto de los diuréticos y mientras no le demos agua, nunca logra la suficiente cantidad como para corregir el problema. Esa es la razón por la que, después de un tiempo, los diuréticos no son suficientes y se obliga al paciente a tomar medicamentos complementarios cada vez más agresivos".

Y concluye rotundo: "El agua es, por sí misma, el mejor diurético natural. Si las personas que tienen hipertensión y producen la cantidad de orina adecuada aumentaran su ingesta diaria de agua no necesitarían tomar diuréticos".

El colesterol

Para Batmanghelidj, la explicación de la llamada hipercolesterolemia o exceso de
colesterol en el organismo difiere también mucho de la convencional. Según él, tener demasiado colesterol en sangre no es sino un mecanismo de defensa de las membranas celulares contra la fuerza osmótica de la sangre a fin de conservar el agua, o bien señal de que la sangre concentrada no puede liberar bastante agua para atravesar la membrana celular y mantener las funciones celulares normales.
Es decir, la excesiva elaboración de colesterol y su depósito en la membrana celular no es más que parte del objetivo natural de proteger a las células vivas de la deshidratación ya que es como una especie de "arcilla" natural que hace de pared celular impidiendo el paso del agua.

Según explica, en las células vivas con núcleo el colesterol es el agente que regula la permeabilidad al agua de la membrana celular. Y en las que no poseen núcleo la composición de los ácidos grasos empleados en la elaboración de la membrana celular le da el poder de sobrevivir a la deshidratación.

La producción de colesterol en la membrana celular es, pues, una parte del sistema de supervivencia de la célula. Por consiguiente, es una sustancia absolutamente necesaria y su exceso lo único que es denota es que existe deshidratación.

Resumiendo, el doctor Batmanghelidj afirma que la integridad de la membrana celular depende de la cantidad de agua disponible para ella. En una membrana bien hidratada el agua es la materia adhesiva; en una deshidratada es el colesterol el que se encarga de pegar los "bloques" e impedir la pérdida de agua del interior de la célula. Por tanto, si aportamos al cuerpo el agua necesaria antes de ingerir alimentos evitaremos la formación de colesterol en los vasos sanguíneos.

Así pues, el exceso de colesterol no sino el resultado de la deshidratación. Eso sí, cuando un aumento de la ingesta de agua hace bajar los niveles de colesterol pero éstos aumentan luego otra vez hay que asegurarse de que el cuerpo no tiene deficiencia de sodio.

El sobrepeso

También el sobrepeso está relacionado para Batmanghelidj con el agua. Algo que justifica explicando, en primer lugar, que las sensaciones de sed y hambre se tienen cuando el nivel de energía del cuerpo está bajo. En tales casos el organismo moviliza la energía almacenada en la grasa para lo que necesita poner en marcha los mecanismos de secreción hormonal. Sólo que como ese proceso tarda más tiempo del que a veces puede esperar, la parte frontal del cerebro se encarga de obtener energía inmediata a partir del azúcar de la sangre o de la "hidroelectricidad". Téngase en cuenta que el cerebro gasta una enorme cantidad de energía y por eso recibe aproximadamente el 20% de toda la circulación sanguínea.

Es decir, para cubrir sus necesidades energéticas el cerebro utiliza dos mecanismos:

-El azúcar presente en la sangre, que obtiene con la metabolización de la comida; y
-El suministro de agua y su conversión en energía hidroeléctrica.

El problema es que el ser humano no sabe distinguir entre la necesidad de sed y la necesidad de comida y cuando estas señales llegan... tiende a comer. Porque como ya explicamos en nuestro anterior artículo, la boca seca no es sino el último aviso, la señal de alarma cuando la deshidratación prácticamente ya es un hecho. Y al alimentarnos en exceso por no entender que el cuerpo nos pide agua y no comida, uno gana peso.

El asma y las alergias

El asma y las alergias son igualmente indicadores de que el cuerpo ha recurrido a un aumento en la producción de histamina ante la falta de agua. Está constatado que en los asmáticos hay un incremento del contenido de histamina en sus tejidos pulmonares y que es precisamente esa sustancia la que regula la contracción muscular bronquial. A fin de cuentas, los pulmones son uno de los órganos que tienen mayor pérdida de agua a causa de la evaporación que provoca la respiración. La histamina, pues, se produce para evitar la constricción bronquial. Se trata, por tanto, de una maniobra simple y natural para preservar el agua. Obviamente, cuando el estado de deshidratación es importante se libera una cantidad exagerada de histamina.

Por eso beber la cantidad adecuada de agua diariamente ayuda a aliviar y prevenir tanto el asma como las alergias.

Debe añadirse, en cualquier caso, que otro papel importante en el asma lo desempeña el sodio (que normalmente se ingiere con la sal o cloruro sódico). Y es que cuando hay escasez de agua el cuerpo empieza a retenerlo.

Por otra parte, en algunas personas la escasez de sodio en el cuerpo puede producir los mismos síntomas que en el caso de la falta de agua. Conviene pues que en las crisis asmáticas graves se tome abundante agua con una pizquita de sal -póngala bajo la lengua sin que toque el paladar para que no lo irrite- ya que ésta es un antihistamínico natural.

Además, si bien el agua mantiene el paso del aire húmedo y evita que los conductos se sequen cuando el aire entra y sale de los pulmones, en las primeras fases del asma se secreta moco para proteger los tejidos de las vías respiratorias pero a veces en demasiada cantidad y el moco se queda pegado a las paredes evitando el paso normal de aire por ellas. Afortunadamente, el sodio es un rompedor natural del moco.
En suma, para Batmanghelidj el asma no es una enfermedad sino una adaptación fisiológica del cuerpo a la deshidratación y a la restricción de sal que se manifestará siempre que no se preste suficiente atención al consumo de agua y de sal. Por eso basta una pizca de sal en la lengua después de beber agua para hacer creer al cerebro que un montón de sal ha entrado en el cuerpo y relaje los bronquiolos.

Diabetes y deshidratación

Como el lector sin duda sabe, la diabetes es un desorden del metabolismo -el proceso que convierte el alimento que ingerimos en energía- siendo la insulina el factor más importante del proceso. Y sabe igualmente que la digestión tiene como objeto descomponer los alimentos transformando parte en glucosa -la mayor fuente de combustible para el cuerpo- que luego pasa a la sangre donde la insulina -una hormona segregada por el páncreas- la permite entrar en las células. Pues bien, se dice que una persona tiene diabetes cuando el páncreas no produce insulina -o produce muy poca- (se la llama entonces diabetes Tipo I o diabetes dependiente de la insulina) o cuando las células del cuerpo no responden a la insulina que se produce (Tipo II).

Bueno, pues para Batmanghelidj la diabetes Tipo I es muy probablemente también el resultado final de una carencia de agua. ¿La razón? Como ya hemos visto, cuando hay deshidratación el cuerpo produce histamina para regular el nivel agua... pero paralelamente se activan un grupo de sustancias conocidas como prostaglandinas, implicadas también en un sistema subordinado de distribución racionada de agua a las células del cuerpo. Siendo una de ellas la prostaglandina tipo E, que parece estar también implicada en la elaboración de la solución bicarbonatada que contrarresta la acidez de los alimentos en el proceso digestivo pero que se encarga también de inhibir naturalmente la secreción de insulina por el páncreas.

Es decir, la prostaglandina E tiene dos funciones claras: por un lado, distribuir agua al páncreas; y, por otro, inhibir la acción de la insulina. Y sería esa inhibición la causa de la diabetes tipo I. Que, por tanto, sería consecuencia de la causa principal: la deshidratación crónica.

En cuanto a la diabetes Tipo II -cuando las células pancreáticas han perdido ya la capacidad de producir insulina-, se debería a la deshidratación crónica y al trastorno del metabolismo de los aminoácidos en el organismo, responsable muy probablemente de la destrucción de la estructura del ADN en las células beta del páncreas encargadas de producir la insulina.

En suma, según Batmanghelidj basta un consumo diario, estricto y regular de agua y asegurarse de ingerir el principal conductor y supervisor del bienestar del cuerpo -el triptófano y sus neurotransmisores derivados- para estar en condiciones óptimas de regular todas las funciones corporales.

La falta de agua en otras patologías

La verdad es que para Batmanghelidj no hay apenas dolencias que no tengan que ver con la deshidratación crónica, excepción hecha de las enfermedades infecciosas o los traumatismos.

Así, asegura que muchos de quienes padecen insomnio, por ejemplo, pueden resolver su problema bebiendo antes de acostarse un vaso grande de agua y poniendo luego una pizca de sal en la lengua -sin tocar el paladar porque podría causar irritación, como ya dijimos- ya que ello induce el sueño en sólo unos minutos. La explicación es que con esa acción se altera el porcentaje de descarga eléctrica en el cerebro y ello provoca sueño.

También asevera que si es usted de esas personas que a veces sufre desmayos después de una ducha ha de saber que se debe a que las reservas de agua de su cuerpo no son suficientes para llegar al cerebro cuando los vasos sanguíneos de la piel se abren a causa del calor del agua. Por lo que recomienda beber siempre un vaso de agua antes de meterse bajo el grifo.

Incluso las relaciones sexuales se verían afectadas por la deshidratación. Según Batmanghelidj, cuando el cuerpo está bien hidratado se dan todos los requisitos hormonales y fisiológicos para una vida sexual satisfactoria y una libido más que adecuada. Y agrega que, en todo caso, uno o dos vasos de agua antes de la relación ayuda a obtener una erección sostenida y más firme en los hombres y mayor lubricación en las mujeres.

Termino aclarando que Batmanghelidj da, obviamente, muchas más explicaciones a la hora de explicar por qué la deshidratación crónica es causa de las patologías mencionadas y de otras muchas que no menciono por falta de espacio y no agotar al lector. Creo que con lo dicho en este artículo y en el anterior habrá tomado al menos conciencia de la importancia de beber diariamente agua en cantidad suficiente.

José Antonio Campoy

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7- EL AGUA DE MAR PURIFICADA CURA DIVERSAS ENFERMEDADES (Plasma de Quinton)

El agua de mar purificada extraída de grandes profundidades -bautizada como Plasma de Quinton en honor de quien hizo este descubrimiento- ayuda a curar o mejorar los síntomas de patologías tan dispares como las afecciones de la piel -incluida la psoriasis-, la desnutrición, el asma, los problemas de próstata, la artritis, la osteoporosis, la bronquitis, la gingivitis, los problemas gastrointestinales, el desequilibrio de los sistemas nervioso central e inmune, la obesidad, el cansancio, la sinusitis, la anorexia y el estrés, entre otras dolencias. Sin embargo, en España sólo está hoy autorizado su uso como complemento dietético -con el nombre de Quinton Isotonic- a pesar de que durante décadas se han contrastado las propiedades terapéuticas de este plasma, incluso en casos de enfermedades mortales.

Aunque el conocimiento de las propiedades curativas del agua de mar se remonta muchos siglos atrás en la historia del saber humano no fue hasta principios del XX cuando el agua marina empezó a aplicarse por vía subcutánea como alternativa terapéutica para tratar y curar hasta enfermedades presuntamente mortales. Se asegura que los tratamientos dirigidos con ella por René Quinton, filósofo francés y apasionado defensor de la aplicación terapéutica del agua de mar, permitieron en su época la curación de pacientes con cólera, tuberculosis y desnutrición.

Las ideas de Quinton nacieron como consecuencia de la similitud fisiológica que encontró entre el agua de mar y el plasma sanguíneo de los mamíferos -incluidos, por tanto, los humanos- y que le llevó a inferir que quizás fuera posible curar enfermedades sustituyendo simplemente el plasma sanguíneo del enfermo por plasma marino -agua de mar- debidamente tratado. Y el caso es que la excentricidad de sus postulados y lo revolucionario de su técnica curativa le convirtieron en un hombre muy famoso a principios del siglo pasado, como bien recoge la doctora española Montserrat Palacín en un libro que está preparando -parte del cual nos ha hecho llegar-, en el que habla extensamente de ello.

El hallazgo se basaría en su propia experiencia personal. En 1897, aquejado de tuberculosis, Quinton consultó a un jesuita amigo suyo que le refirió un texto de Platón donde el filósofo griego cuenta cómo unos sacerdotes egipcios le trataron positivamente con una "cura marina" que consistía en estar en contacto con el mar y beber sus aguas previamente tratadas. Decidido a probar, Quinton sanaría en poco tiempo de su problema pulmonar, lo que le llevaría a la conclusión de que el plasma marino tenía que tener propiedades curativas en los organismos vivos. Pero sus ideas -como suele ocurrirle a quien propone una forma alternativa de pensar- le enfrentaron enseguida a la comunidad científica de la época.

Quinton, tras estudiar el asunto en profundidad, llegó a concluir además que las especies no se adaptan al medio externo por efecto de la casualidad sino que, de forma voluntaria y consciente, tienden a mantener sus condiciones de origen, su medio celular interno original, que en todas las plantas y animales es similar al medio marino. Esta similitud se explica por un simple hecho: todas las especies que pueblan la Tierra proceden del mar y sus líquidos corporales son "agua de mar". Para Quinton era obvio, pues, que el plasma marino influye necesariamente en todos los procesos vivos de la Tierra porque de alguna manera forma parte de todos ellos, desde la savia de las plantas a los torrentes sanguíneos de todas las especies.

El agua de mar cura

En 1904 Quinton publicaría los resultados de sus observaciones en un libro titulado “El agua de mar: medio orgánico” donde recoge las leyes -que él llamaría Leyes de la constancia general- en las que se sustenta su terapia marina y en el que afirma: "El agua de mar, introducida en el organismo humano, juega un papel útil en todos los casos donde el medio interno esté viciado por una causa cualquiera".

Es decir, Quinton consideraba la enfermedad como un vicio de ese medio interno por lo que, si se limpiaba con agua de mar, se curaría. Tradujo así esta idea en una terapia que primero probaría en perros enfermos a los que sustraía una parte importante del volumen sanguíneo sustituyéndolo por agua de mar mezclada con agua desmineralizada y llevada a una concentración isotónica (9 gramos de sales por litro, la misma concentración en sales marinas que contiene el plasma sanguíneo de los mamíferos). Y pronto observó que los perros sobrevivían perfectamente y que, incluso, en unas pocas horas aumentaban su vitalidad.

Poco después empezó a tratar con plasma marino (vea en el recuadro adjunto cómo y de dónde) todo tipo de enfermedades en humanos. Abrió entonces hospitales (el primero en 1907) -o, como él los denominó, dispensarios marinos- a los que -como explica la doctora Palacín- acudían cada día niños, moribundos y adultos con enfermedades mortales como la tuberculosis. A todos se les inyectaba agua de mar con la misma concentración de sales marinas que contiene el plasma sanguíneo humano, siendo rápida la mejoría. Muchos, incluso, sanaban completamente de sus dolencias.

"La verdad es que Quinton no hizo nada nuevo -nos explicaría por su parte Laureano Domínguez, periodista colombiano que lleva 25 años estudiando el legado de Quinton y que defiende actualmente la necesidad de reabrir los dispensarios marinos-. Simplemente recuperó algo que se había perdido, concatenó las ideas, las ordenó, escribió las leyes, las demostró y se dedicó a curar en silencio".

El caso es que poco a poco se fueron estableciendo centros para la aplicación de sus métodos en lugares tan dispares como Egipto, Bélgica, Inglaterra o Estados Unidos y esta terapia marina vivió un auténtico esplendor en las primeras dos décadas del siglo XX. Justo hasta que la muerte de Quinton -en 1925- y otros acontecimientos prolijos de explicar hicieron que esta forma de curar fuera cayendo lentamente en el olvido, como nos explicaría la doctora Palacín: "La terapia de Quinton fue dejada de lado por los médicos de las sucesivas generaciones porque la floreciente industria farmacéutica desvió su interés hacia nuevos 'específicos' de moda. Y este método tan simple, sobradamente probado y exento de efectos secundarios se dejó de lado por desidia". La irrupción de la penicilina y el caos producido por las dos guerras mundiales hicieron el resto.

El resurgir de la terapia marina

Corría sin embargo el año 1943 cuando, en plena Segunda Guerra Mundial, el Plasma de Quinton fue presentado en el Laboratorio Nacional de Control de Medicamentos de Francia e inscrito como medicamento bebible, inyectable y de uso tópico -es decir, externo- con una concentración de 9 gramos de sales marinas por litro. Treinta años después se le otorgaría el ANN (el equivalente al Registro Sanitario español) a un producto denominado Duplase de Quinton, con una concentración de 21 gramos de sales marinas por litro de agua y un año después al propio plasma que llevaba tanto tiempo usándose. Pero he aquí que en 1982 ambos productos perderían los ANN al no poder adecuarse el laboratorio fabricante a las nuevas normas exigidas por la Comunidad Europea. Se producía así un segundo rechazo histórico a la cura marina ideada por René Quinton que no volvería a ser reinscrito -en su fórmula hipertónica (concentración de 30/1000)- en el Diccionario de Especialidades francés hasta 1994 y sólo como complemento dietético bebible y producto alimenticio destinado a una alimentación especial. Es decir, no se autorizaba su uso vía subcutánea y perdía su condición de medicamento.

El plasma de Quinton, hoy

A pesar de todos estos avatares, en muchos países se sigue utilizando actualmente el Plasma de Quinton de la misma forma que lo empleó el científico francés. Sus numerosos usos terapéuticos se basan en su capacidad -contrastada- para renovar, purificar y regenerar el fluido interior del organismo así como para mantener el equilibrio vital. Según los defensores de esta terapia, el Plasma de Quinton es uno de los mejores regeneradores de los mecanismos celulares.

En Estados Unidos se está empleando para corregir problemas de próstata, psoriasis, quemaduras, alopecia, artritis, osteoporosis, bronquitis, asma, gingivitis, problemas gastrointestinales o desequilibrios del sistema nervioso central, entre otras patologías. Incluso se ha demostrado su eficacia para tratar casos de drogodependencia, alcoholismo y hemofilia. Y está además específicamente recomendado para problemas de piel, depresión del sistema inmune, infecciones, fatiga crónica o aguda, desórdenes de huesos en adultos, dolores del crecimiento en niños, embarazo y lactancia, abortos espontáneos repetidos, estrés y como normalizador de las deficiencias nutricionales.

En España algunos centros de medicina complementaria lo recomiendan también en casos de obesidad, estados de cansancio, sinusitis e, incluso, anorexia o desnutrición.
Y lo singular es que, a pesar de que esta terapia ha demostrado sobradamente su capacidad para curar enfermedades mortales ya en el siglo pasado, tanto en España como en la Unión Europea no se permite en la actualidad su uso más que como complemento dietético y "sólo se permite su comercialización en forma de ampollas bebibles o sprays", como nos diría Juan Miguel Coll, director de Laboratoires Quinton, empresa que comercializa estos productos en todo el mundo.

Resulta paradójico que hoy en día se limite tanto su uso aunque, afortunadamente, parece que se están revisando de nuevo en estos momentos las teorías centenarias de Quinton. Incluso se han creado centros de estudio e investigación con el propósito de disponer de datos actualizados sobre las propiedades del plasma que lleva su nombre. En este sentido, la Universidad de Barcelona y el Hospital Veterinario de Mataró llevan varios meses experimentando en animales la utilidad y capacidad curativa del Plasma de Quinton.

Su trabajo supone una posibilidad de rescatar del olvido las aportaciones de un hombre que creyó firmemente que el mar -del que todos procedemos- cura. El éxito de estas investigaciones podría poner a nuestro alcance otra vez una terapia barata, sencilla y cuya materia prima -el agua del mar- pertenece a todos y podría beneficiar al común de los humanos. Y, además, ¿por qué no pensar que si del mar vino la vida de él puede venir la forma de curar a los que están vivos?

Laura Jimeno Muñoz


El plasma de Quinton ayudaría a millones de niños desnutridos
"El Plasma de Quinton es el biberón que requieren los seis millones de niños que, según la OMS, mueren cada año". Así de rotundo se expresa Laureano Domínguez, periodista y escritor colombiano que se ha convertido -tras 25 años de investigación- en un apasionado defensor de los estudios de Talasoterapia del científico francés René Quinton y de la aplicabilidad en humanos del plasma marino con propiedades curativas que hoy lleva su nombre y al que define como "la especialización en fisiología de la Talasoterapia tradicional".

Domínguez trata de retomar la antorcha de Quinton y se ha embarcado en la tarea de dar a conocer su obra "con el único fin de crear conciencia entre quienes puedan impulsar la creación de dispensarios marinos en zonas de alta mortalidad infantil, no sólo para salvar vidas sino para que sirvan como cátedras de observación a la ciencia médica". Pero su ilusión va más allá de la confirmación experimental de las propiedades curativas del plasma: "Lo deseable es que pueda convertirse en una opción al alcance de los colectivos sociales desfavorecidos que no pueden acceder a la farmacología tradicional".

Busca convencer para ello a los científicos de la necesidad de rescatar las aportaciones de Quinton del olvido. A este respecto, una victoria parcial es el hecho de que en el Hospital Veterinario de Mataró (Barcelona) y la Universidad de Barcelona se estén llevando a cabo experimentos con el Plasma de Quinton. Después de 18 meses de trabajo, un equipo de científicos de ambas instituciones consiguió que el Comité Ético de Experimentación Animal aprobara los protocolos que actualmente les están permitiendo experimentar la terapia marina de Quinton en modelos animales con enfermedad irreversible.

Laureano Domínguez sostiene incluso que es posible sustituir el plasma sanguíneo humano por plasma marino ya que el agua de mar tiene los mismos nutrientes que el plasma sanguíneo. "El agua de mar -dice- tiene 30 gramos de sales marinas por litro mientras la sangre contiene unos 9. Por este motivo, si el agua de mar se rebaja servirá perfectamente como plasma sanguíneo. El agua de mar es un suero que, además de sustituir líquidos, nutre. Podría evitar la muerte de muchas personas pero, desgraciadamente, a las multinacionales de fármacos no les conviene que se divulgue un remedio tan fácil, accesible y barato". Y concluye: "ojalá podamos crear la inquietud entre jóvenes investigadores para que se repitan las experiencias de Quinton".

Usos del Plasma de Quinton

El Plasma de Quinton se utiliza para tratar patologías o afecciones tan dispares como:

-Problemas de próstata.
-Psoriasis y otras enfermedades de la piel.
-Quemaduras.
-Infecciones.
-Alopecia.
-Artritis.
-Osteoporosis
-Bronquitis.
-Asma.
-Gingivitis.
-Problemas gastrointestinales.
-Desequilibrios del sistema nervioso central.
-Hemofilia.
-Obesidad.
-Sinusitis.
-Anorexia y bulimia.
-Depresión del sistema inmune.
-Fatiga crónica o aguda.
-Desórdenes de huesos.
-Dolores del crecimiento en niños.
-Estrés.

También se emplea en embarazo y lactancia, en casos de abortos espontáneos repetidos o para normalizar deficiencias nutricionales.

Indicaciones para su uso oral
El Plasma de Quinton no está clasificado como medicamento sino como "suplemento nutricional de la función del organismo". Se comercializa con el nombre de Quinton Isotonic (9 gramos de sales marinas por litro) en forma de ampollas bebibles, regenerador de todas las funciones de la nutrición celular. Deben tomarse siempre con el estómago vacío unos 20 o 30 minutos antes de las comidas o, al menos, una hora y media después de las mismas. Puede beberse tal cual o diluido en agua, leche o zumo. Su aplicación subcutánea todavía no está aceptada aunque ya están en marcha estudios experimentales en animales en los que se está probando su aplicación parenteral. No se han descrito incompatibilidades ni efectos secundarios.
Existe un Quinton Hypertonic (30 gr/1000 de sales). Se trata de agua de mar pura preparada en frío, revigorizante y fortalecedora por su composición mineral.

Fundamentos de la Terapia Marina de Quinton
Quinton observó un día que una víbora aletargada por el frío recuperaba su actividad al ser trasladada a una habitación caliente y pensó que "la naturaleza no crea a los seres vivos para dormir" y que no era lógico que esos animales de sangre fría tuvieran que pasar gran parte del año hibernando. Dedujo así que la vida debía haberse originado en unas condiciones de temperatura constantes ideales para el buen funcionamiento celular y que, a medida que el planeta se enfriaba, se producía la decadencia de especies que -como los reptiles- no encontraron un sistema para crear calor internamente al tiempo que surgieron otros (mamíferos y aves) que pusieron en marcha un sistema de termogénesis para mantener esas condiciones ideales de origen. A partir de ahí logró dilucidar que es la temperatura interna de cada especie lo que determina la fecha exacta de su aparición en la serie zoológica y enunció, así, su Ley de la Constancia Térmica: "Frente al enfriamiento del globo, la vida aparecida en estado de célula a una temperatura determinada tiende a mantener, para su elevado funcionamiento celular, esta temperatura de origen".

Para Quinton, la voluntad de mantener las condiciones originales -la constancia del medio interno- necesarias para el máximo rendimiento celular es lo que hace evolucionar a los seres vivos. Termómetro en mano, especie por especie, comprobó su hipótesis: las especies más evolucionadas tienden a mantener las condiciones óptimas originales. Y no es precisamente el hombre el ser más evolucionado en este sentido sino las aves, cuya temperatura es más elevada que la nuestra.

La siguiente cuestión que se planteó fue qué otras características existían en los orígenes además de la temperatura. Entonces pasó a fijarse en la composición del medio interno de los seres vivos -es decir, el líquido extracelular que baña el conjunto de células y tejidos del organismo- y dedujo que la vida empezó en el agua, cuando el planeta estaba enteramente cubierto por los océanos. Por tanto, el medio interno del vertebrado es agua de mar: sus células nadan en agua marina. A partir de este supuesto, revolucionario para la época, enunció la Ley de la Constancia Marina: "La vida animal, aparecida en estado de célula en los mares, tiende a mantener, a través de la serie zoológica y para su funcionamiento celular elevado, el medio marino de origen".

Además demostró que las especies tienen una gama escalonada de concentraciones salinas según su época de aparición. Tal es la base de la Ley de la Constancia Osmótica: "La vida animal, aparecida en estado de célula en mares de una concentración salina determinada, tiende a mantener, para su funcionamiento celular elevado a través de la serie zoológica, esa concentración de los orígenes".

La última de sus leyes es la de la Constancia General, que dice así: "Frente a las variaciones de todo orden que puede sufrir en el curso de las eras la vida animal aparecida en condiciones físicas y químicas determinadas, ésta tiende a mantener, para su funcionamiento celular, las condiciones de sus orígenes a través de la serie zoológica".

¿Cómo se obtiene el Plasma de Quinton?
El agua de mar se sigue extrayendo hoy del mismo punto que señaló en su día Quinton, a 30 metros de la superficie y a 10 metros del fondo del Océano Atlántico ya que ésta es la zona de penetración solar y en ella el agua es de excepcional pureza. Una vez recogida se transporta a los laboratorios mantenida a una temperatura de 4 grados centígrados. Antes de su envasado se esteriliza en frío para que no pierda sus propiedades terapéuticas y se pasa por un microfiltro con orificios de 0,22 micras. Con esta operación -que dura menos de 48 horas- se obtiene un agua de mar hipertónica de alrededor de 30 gramos de sales totales por litro que se comercializa en forma de spray o de ampolla bebible.


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8- LAS SORPRENDENTES CUALIDADES TERAPÉUTICAS DEL AGUA DIALÍTICA

¿Sabía que es posible disolver cálculos de riñón y vesícula facilitando su expulsión y evitando que se formen de nuevo así como reducir los niveles de ácido úrico simplemente bebiendo agua dialítica? Pues se trata de un tratamiento no agresivo ni invasivo que carece de efectos secundarios y ni siquiera es costoso. Le contamos cómo es eso posible y los fundamentos científicos en los que se basa el método.

El agua es el "disolvente universal" por excelencia gracias a su elevado poder dieléctrico, una capacidad que le confiere una enorme serie de utilidades que no creemos necesario enumerar en estas páginas. Sí conviene saber, sin embargo, que es posible lograr la modificación de la posición de los átomos hidrógeno-oxígeno-hidrógeno que conforman una molécula de agua para aumentar la capacidad disolvente de cuerpos cristalinos que de por sí tiene el agua. Bueno, pues esa propiedad es la que permite crear lo que se conoce como "agua dialítica", un "agua" de propiedades terapéuticas fehacientemente demostradas cuya preparación se debe al sacerdote español José Ignacio Martín Artajo y que mereció el debido reconocimiento en el Salón Internacional de Inventores de Ginebra de 1978.

¿Cómo se obtiene agua dialítica?

Como decimos, para obtener agua dialítica se necesita una fuerza que modifique los átomos que constituyen la molécula de H2O. Ahora bien, esa fuerza no ha de ser demasiado potente -por ejemplo, una descarga eléctrica- porque se corre el riesgo de que sus efectos destruyan la propia molécula. Por tanto, es necesaria una energía débil pero capaz de influir sobre la distancia (aumentarla) y la colocación (disminuir el ángulo de colocación espacial) de los átomos de hidrógeno respecto del átomo de oxígeno que componen la molécula. ¿Y qué fuerza es capaz de conseguir la transformación de las características moleculares del agua sin destruir la propia molécula? Pues los pequeños campos electrostáticos generados por cristales de cloruro de sodio y cloruro de litio. Esos cristales, debidamente tratados y almacenados en ampollas de vidrio producen en contacto con el agua una energía de bajo potencial que "descoloca" ligeramente los átomos de hidrógeno y oxígeno dando lugar al agua dialítica. De hecho, hace ya tiempo que se comercializan en forma de ampollas y pueden adquirirse en farmacias y tiendas de dietética con el nombre de Slackstone II.

Acción terapéutica del agua dialítica

Hay que explicar que la nueva posición de los átomos da al agua mayor energía, una mayor constante dieléctrica y mayor poder para disminuir las fuerzas de cohesión de los elementos cristalinos que se encuentren en el organismo en el que se introduce así como mayor capacidad para disolver sales minerales.

Tras ingerirla, el agua dialítica se incorpora al torrente circulatorio y se desplaza formando parte de la sangre y de los fluidos del organismo. Si estos están concentrados la utilización de agua dialítica potencia al gran disolvente universal que es el agua mejorando la solubilidad que de por sí ésta tiene. De hecho, se ha constatado que esa "agua con átomos descolocados" es capaz de:

-Disgregar los pequeños cálculos -agregados cristalinos- que existan en el organismo (cálculos renales, biliares, etc.).

-Eliminar las capas más superficiales e indefensas de los cálculos -los vértices y aristas- favoreciendo su expulsión.

-Romper los cálculos grandes en piedras más pequeñas y después en arenilla que puede ser expulsada sin apenas dolor.

-Liberar las células de los endotelios que recubren los conductos urinarios de los depósitos microscópicos de sales cálcicas evitando que al perder elasticidad aparezcan más cálculos.

-Aumentar la solubilidad de las sales minerales que circulan por la sangre y la orina -especialmente las cálcicas- evitando que precipiten y constituyan nuevos cálculos o incrementen el grosor de los existentes.

Indicaciones

Como se puede deducir de su acción terapéutica, la ingesta de agua dialítica está indicada siempre que sea necesario eliminar y/o evitar que se formen cuerpos cristalinos en el organismo. Y aunque en estos casos es eficaz por sí misma los expertos recomiendan que se utilice también como coadyuvante de otros tratamientos o terapias, lo que es posible por su acción exclusivamente física y no química ya que no provoca efectos secundarios ni interacciones indeseables.

Las principales afecciones para las que está indicada el agua dialítica son éstas:

-Litiasis renal:
se puede emplear como tratamiento preventivo en pacientes con antecedentes de litiasis renal, ya sea de uratos o de sales cálcicas (oxalato, carbonato, fosfato, etc.). Además favorece y obliga a ingerir agua que es la base terapéutica de la litiasis con el fin de aumentar la diuresis. Por otro lado, se constituye en tratamiento expulsivo durante o después del episodio agudo de cólico gracias a su poder para redondear y fragmentar los cálculos.

-Litiasis biliar:
los cálculos biliares están compuestos generalmente por capas de colesterol, calcio y bilirrubina. Pues bien, el agua dialítica actúa disolviendo las sales cálcicas que, al desaparecer, hacen los cálculos existentes gelatinosos y blandos y, por tanto, menos peligrosos. Así se facilita y se hace más eficaz el tratamiento para eliminar el colesterol por otros medios. Y actúa de la misma forma con el molesto "barrillo" que acompaña a los cálculos biliares haciéndolo más fluidos y facilitando su expulsión a través de los conductos biliares.

-Gota o Artropatía úrica:
el agua dialítica actúa disolviendo los cristales de ácido úrico y/o evitando que se formen. Ahora bien, hay que tener en cuenta que no actúa sobre los niveles de ácido úrico, algo que habrá de tratarse por otros medios.

-Prevención de depósitos cálcicos en las arterias (arteriosclerosis, ateroma):
el agua dialítica disuelve los depósitos cálcicos y hace que las arterias recobren su elasticidad con lo que se facilita la eliminación de colesterol por otros medios.

-Medicina deportiva:
estudios realizados por especialistas en la materia han demostrado la eficacia del agua dialítica en deportistas dedicados al culturismo. Estos deportistas, al tener que ingerir en sus dietas grandes dosis de proteínas, tienen tendencia a mostrar elevadas tasas de ácido úrico. Sin embargo, el uso habitual en sus dietas de esta agua ha impedido la cristalización del ácido úrico en las articulaciones y musculatura facilitando un entrenamiento físico normal.

-Depurativo general:
el agua dialítica arrastra y elimina residuos minerales de todo el organismo. Esto permite aplicar otros tratamientos o terapias (hidrología, homeopatía, acupuntura, etc.) haciéndolos más eficaces y potenciando la actividad de los mismos.

-Otras indicaciones:
existen casos -algunos excepcionales- en los que la presencia de cuerpos cristalinos puede ser molesta o perjudicial y en los que el agua dialítica también es eficaz. Por ejemplo, en casos de microcristalizaciones en el sistema linfático o de exceso de calcio en lágrimas. También en personas en silla de ruedas la inmovilidad -temporal o permanente- produce un aumento de residuos cristalinos que en muchos casos derivan en problemas litiásicos. Pues bien, el uso del agua dialítica permite mejorar su calidad de vida.

Éstas son, en suma, las principales propiedades terapéuticas de un procedimiento físico lógico y contrastado. Y que cuenta a su favor con el hecho de ser un tratamiento no invasivo, sencillo, barato, cómodo y de fácil utilización que puede suponer un importante alivio para personas afectadas por problemas renales.


Sara Muñoz


Preparación del agua dialítica

La preparación del agua dialítica se ha ido perfeccionando hasta lograr un método sencillo, cómodo y fácil de usar:

1) Llene de agua un vaso corriente de aproximadamente un cuarto de litro, preferentemente alto. Es mejor usar agua mineral pero puede echar de agua de grifo si no es muy dura. No use, en todo caso, infusiones de hierbas para prepararla.

2) Introduzca la ampolla de vidrio en el agua durante 24 horas. Eso basta para que la energía generada por los cristales del interior de la ampolla atraviese el vidrio y la transmita al agua. Que el color de los cristales contenidos en la ampolla sea más o menos amarillento no influye en su actividad. Eso sí, no caliente, enfríe o agite el agua preparada antes de tomarla pues podría desvirtuar su acción.

3) Bébala inmediatamente después de retirar la ampolla.

4) Sepa que cada ampolla sirve para preparar 40 vasos (unos 20 litros). A partir de entonces la energía emitida disminuye considerablemente hasta agotarse.


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Mario Liani es numerólogo y como tal, asesora directamente a personas, grupos y empresas de todo el mundo, desde Caracas, Venezuela. Así mismo, administra la Lista de Lectores de Kryon, agrupando unos 2000 lectores que desde el año 2001 han recibido constante y paulatinamente las canalizaciones de Kryon.

Lista de Lectores de Kryon: coilort@cantv.net <mailto:coilort@cantv.net>

Las Enseñanzas de Kryon (índice de libros y canalizaciones para descargar gratuitamente):

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